El acuerdo firmado entre los Alcaldes de Guatemala y Villa Nueva, que de entrada se plasmará en una ampliación de la Calzada Raúl Aguilar Batres, en el sur de la capital, evidencia la importancia de la cooperación que debe existir entre los ayuntamientos del área metropolitana y la absoluta necesidad de concretar legislativamente el mandato constitucional contemplado en el artículo 231 de la Carta Magna, que ordena la Constitución de la región metropolitana conformada por la ciudad de Guatemala y su área de influencia urbana, mediante la emisión de una ley específica que no ha sido nunca emitida por el Congreso de la República.
Es importante señalar que es primera vez desde la vigencia constitucional que el Alcalde de la Capital de la República concluye un acuerdo con su colega en otro municipio de la región metropolitana porque mientras ejerció la alcaldía o el control de la misma Álvaro Arzú, se vio con desdén y desprecio a los otros alcaldes y no hubo nunca deseo ni interés de coordinación de ninguna naturaleza y ello tuvo mucho que ver con la actitud de los diputados de postergar la legislación respetiva.
El sello personal de nuestros políticos marca en muchos sentidos el comportamiento de las instituciones y eso pasó cuando la Alcaldía capitalina se convirtió en el feudo de Arzú, quien se hacía elegir o ponía alcaldes que tenían que bailar al son que él tocara. Ahora, cuando ya no existe Arzú, el Alcalde muestra una actitud diferente y está evidenciando que es necesaria esa cooperación que, de haberse concretado a lo largo de los últimos 35 años, hubiera evitado muchos de los problemas que hoy sufre la metrópoli y que serán mucho más difíciles de resolver.
Es evidente que el peso político de Alcalde capitalino es mayor que el de sus colegas de los municipios vecinos, pero si eso se traduce en arrogancia e irrespeto, no hay posibilidad de avanzar planes conjuntos que puedan beneficiar a los vecinos, objetivo final de todo el trabajo en las municipalidades.
Y por ello es importante destacar este primer paso que debe traer consecuencias en el corto plazo, no sólo concretando las obras acordadas, sino promoviendo en el Congreso la ley respectiva que normará el funcionamiento de la Región Metropolitana y con ello la planificación de las obras deberá hacerse conjuntamente cuando sea necesario, para evitar que se produzca esa barrera que ha complicado tanto los problemas del área urbana de la Capital de la República. La actitud del nuevo Alcalde alentará, sin duda, la posibilidad de mayor cooperación.