Mariela Castañón
mcastanon@lahora.com.gt
Hace algunos días me enteré que William González y Mario Cruz fueron removidos de los cargos que ostentaban en la jefatura de Relaciones Públicas de los Bomberos Voluntarios. Conozco a ambos bomberos desde hace más de 11 años porque han sido una fuente importante de información y porque siempre han mostrado disposición, amabilidad y respeto para brindarnos su apoyo.
William y Mario han sido un pilar importante en mi trabajo y en el de varios compañeros, que nos hemos dedicado a cubrir muertes violentas, incendios, motines, tragedias naturales y otros sucesos que lamentablemente marcan nuestra vida diaria como sociedad.
En el inicio de esta semana fueron oficializados los cambios de los bomberos. William fue enviado a una estación bomberil de la zona 11 y Mario a otra de la zona 6.
Los cambios se originan cuando faltan cerca de cinco meses para cambiar autoridades de los Bomberos Voluntarios, en un contexto sin muchas explicaciones y acciones inmediatas.
Vale la pena analizar el tiempo, la inversión y capacitaciones de recurso humano que hacen las instituciones, que después deciden remover o cambiar a su personal. No solo sucede en los Bomberos Voluntarios, también en otras instancias que tienen asignados fondos del presupuesto nacional y que toman la decisión de iniciar en el proceso de capacitar e invertir en personal nuevo.
Pero, volviendo al tema, que inicialmente me motivó a escribir este texto, quiero agradecer públicamente a William y a Mario por su función como relacionistas públicos, por su amabilidad y respeto para atender nuestras constantes llamadas, orientarnos para encontrar una dirección y ser el enlace con los afectados o víctimas colaterales de la violencia.
Además, porque personalmente, en muchas ocasiones me ayudaron en mi función periodística, para bajar a un barranco, para transitar a un espacio de difícil acceso, porque procuraron mi seguridad y evitaron que sufriera un accidente.
En el transcurso de estos años he aprendido que nuestro trabajo no es posible sin las fuentes de información, sin la disposición de personas con vocación y servicio al prójimo como lo son los bomberos.
Incluso, el trabajo de William González y Mario Cruz, no se ha limitado solo a las relaciones públicas, sino a apoyarnos como seres humanos con nobleza y respeto.
Además, el trabajo de estos dos relacionistas públicos ha sido realmente importante en una institución que atraviesa por muchos desafíos como la asignación de fondos para cubrir todas las necesidades, salarios y otras necesidades.
Mi agradecimiento a William González y Mario Cruz, por el apoyo que me han brindado con su función profesional y humana. Personalmente respeto a los bomberos en general y particularmente a estos dos relacionistas públicos que no importan la hora, el día, el momento, la festividad, siempre han estado para apoyarnos en el trabajo de manera cordial y atenta.