Emilio Matta Saravia
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Estamos de vuelta en enero, terminó el descanso de fin de año e iniciaron clases en los colegios y universidades. El intenso tráfico de la ciudad capital y los municipios aledaños ya se ha hecho sentir, cada vez más fuerte.
Este tema es recurrente y nunca ha sido resuelto por las distintas administraciones ediles, llegando en el caso más lamentable, incluso, a quejarse lastimeramente que el parque vehicular aumenta en 10% anual. Es decir que se duplica cada 7 años y medio aproximadamente. Los hechos demuestran que tanto el difunto alcalde Arzú, como los exalcaldes Berger y García-Gallont nunca realizaron los esfuerzos necesarios para resolver de fondo este problema que nos cuesta a los guatemaltecos cientos de miles de horas hombre perdidas cada día, además de las millonarias sumas de dinero que también se gastan en gasolina y reparaciones debido al tráfico. Lo más cercano a un esfuerzo de la comuna capitalina ha sido la implementación del Transmetro, que ha tenido sus pros y sus contras (muy serias en la Aguilar Batres). También ha sido notoria la intransigencia de no conformar el distrito metropolitano (como lo manda el artículo 231 de la Constitución de Guatemala) de la ciudad capital y su área de influencia urbana.
En la actual administración del alcalde Quiñónez aún se tiene muy arraigada la idea de que construyendo pasos a desnivel se va a resolver el problema del tráfico. Los hechos demuestran lo contrario y las soluciones propuestas por el alcalde y su consejo se quedan muy cortas, tomando en cuenta la magnitud del problema. Si el parque vehicular se duplica cada 7 años y medio, y hoy en día se calcula que un millón de vehículos circula en la ciudad capital, eso significa que a mediados del 2028 circularan cerca de dos millones de vehículos. Los carriles reversibles han intentado ser un paliativo que trae muy pocos beneficios para los problemas que ocasionan y los pasos a desnivel propuestos por el alcalde capitalino tendrán el inconveniente de que, luego de implementados, funcionarán a medias debido a que el principal obstáculo del tráfico, sobre todo en horas pico, es la cada vez mayor cantidad de automóviles que se dirigen del hogar al trabajo y viceversa (principalmente en las ciudades dormitorio adyacentes a la capital). Bajo este esquema de pensamiento obtuso, debería aumentar la cinta asfáltica al ritmo que crece el parque vehicular, algo imposible desde cualquier punto de vista.
La solución que las administraciones anteriores nunca han propuesto, ya que se necesita de un trabajo (e inversión) en conjunto con los alcaldes de los municipios aledaños, son medios de transporte rápido y seguro, o sea metros, que trasladen grandes cantidades de pasajeros desde las ciudades dormitorio a los puntos de distribución dentro de la ciudad capital, donde se pueden utilizar las líneas de Transmetro ya existentes para distribuir a esas personas dentro de la capital. Las municipalidades reciben sus principales ingresos del situado constitucional, del pago de IUSI y de la tasa de alumbrado público. Es hora de que utilicen dichos fondos en obras coherentes que resuelvan definitivamente el problema de tráfico en la ciudad y los municipios aledaños.