Mariela Castañón

mcastanon@lahora.com.gt

Licenciada en Ciencias de la Comunicación, once años de ejercicio periodístico en la cobertura de niñez, juventud, violencias, género y policiales. Becaria de: Cosecha Roja, Red de Periodistas Judiciales de América Latina, Buenos Aires, Argentina (2017); Diplomado online El Periodista de la Era Digital como Agente y Líder de la Transformación Social, Tecnológico de Monterrey, México (2016); Programa para Periodistas Edward R. Murrow, Embajada de los Estados Unidos en Guatemala (2014). Premio Nacional de Periodismo (2017) por mejor cobertura diaria, Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP). Reconocimiento por la "cobertura humana en temas dramáticos", Asociación de Periodistas de Guatemala (2017). Primer lugar en el concurso Periodístico “Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes”, otorgado por la Asociación Pasmo, Proyecto USAID (2013).

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Mariela Castañón
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Wendy Selene Pérez es una periodista mexicana que trabaja de forma independiente; con sus propios recursos ha logrado investigar y obtener información valiosa sobre las fosas clandestinas en México.

He tenido la oportunidad de conocer el trabajo de Wendy por coincidencias de la vida profesional. Hace algunos meses empezamos a conversar sobre el trabajo que realizamos en nuestros países y los temas que nos preocupan, pero que también nos apasionan. Ambas hemos llegado a la conclusión que estamos comprometidas con nuestras causas y debemos continuar trabajando.

Las publicaciones de Wendy me parecen muy importantes, aunado a que sus textos reflejan calidad, investigación y empatía por las víctimas y sus familias.

En mayo del año pasado, Wendy Pérez, Paula Mónaco Felipe de Argentina y Miguel Tovar, de México, publicaron en la Revista Gatopardo, “Los jornaleros forenses”, que detalla cómo en México ha surgido un nuevo empleo, que es el de desenterradores.

El trabajo es explícito y claro, evidencia un grave problema, así como un contexto de violencia e impunidad, situaciones similares en nuestros países.

“Las fórmulas tradicionales de los rituales mortuorios no alcanzan ya en México, donde surge un nuevo empleo, el de los desenterradores. En Veracruz, hoy una de las zonas más letales, una cuadrilla de seis hombres tiene por trabajo buscar en fosas clandestinas lo que queda de quienes ahí fueron escondidos. No son padres detrás del rastro de sus hijos, tampoco voluntarios. Son jornaleros que rascan la tierra a cambio de un sueldo pagado por los familiares de desaparecidos, en un país que tiene arriba de 40 mil desaparecidos y más de 240 mil muertos en 12 años”, detalla el lead o entrada de la publicación de Wendy, Paula y Miguel.

Wendy es una inspiración para periodistas, en México, Guatemala y en cualquier parte del mundo, porque nada contra la corriente y se esfuerza por reflejar un problema (que como suele suceder en países afectados por la violencia y el crimen organizado) pasa desapercibido, a pesar de la magnitud y del daño que provoca en las familias y en la sociedad en general.

Sin duda, realizar buenos trabajos de largo aliento e investigar exhaustivamente es una tarea difícil, que se realiza por genuina convicción y amor. Admiro a mi colega, por su compromiso para honrar la memoria de las víctimas y por continuar en esta faena.

Siempre hay situaciones en las que, probablemente sin querer, nos terminamos involucrando y queremos permanecer ahí hasta dejar un verdadero aporte a nuestras sociedades. Me pasa constantemente con determinados temas, que aunque no sean de coyuntura son importantes para mí como periodista y me orientan a pensar en la necesidad de emprender proyectos periodísticos, como el de Wendy Selene Pérez.

Los problemas en América Latina son muchos, demandan atención y buen periodismo, que en la mayoría de los casos se limita por falta de recursos, tiempo, inversión y de mucho más que mencionar.

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