Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Hoy empiezan los cuatro años de presidencia del doctor Alejandro Giammattei Falla y con el inicio de su mandato arranca un pequeño proceso de esperanza pidiéndole a Dios que por fin llegue un gobernante que entienda el mandato que recibió en las urnas y que, por tanto, se disponga a enfrentar los vicios que afectan al sistema y que lo desvirtúan por completo de su función, misión y objetivo.

En la campaña electoral, quien hoy dormirá como Presidente de la República, dijo que él no quería ser recordado como un hijo de puta más que había pasado por la Presidencia y si el nuevo mandatario tiene voluntad de comprometerse en serio, estoy seguro que seremos muchos los guatemaltecos que estamos dispuestos a construir más alrededor de lo que nos une, que a dividirnos en torno a lo que pensamos de forma distinta.

Tengo 37 años y aunque mi recorrido en estos tanes aún es corto, Giammattei es el cuarto presidente al que, como periodista, veo inaugurar su mandato y he podido ver de primera mano que, desde Colom hasta Morales, todos han sucumbido a la fuerza de ese poder paralelo que sí sabe cómo ejercer el poder, porque lo han hecho por varios años ya y porque desde la campaña se aseguraron tener un buen lugar en la mesa.

Sin duda alguna que los tiempos en los que asume Giammattei son especiales porque arranca con una sociedad dividida y enfrascada en un estéril debate ideológico, con mucha gente que muere de hambre, hombres y mujeres que piden a gritos una oportunidad, con gente que desea hacer las cosas bien aunque cuesta mucho, con un Estado en trapos porque se privilegió la impunidad y para ello se sacrificó la institucionalidad, con un aparato de justicia al alcance de las mafias, con un sistema de compras mantenido para favorecer al menos escrupuloso y con la necesidad de tomar acciones para impulsar integralmente nuestra economía.

Pero la vida siempre da oportunidades y esta que arranca hoy es una que, como país, deberíamos intentar aprovechar porque Guatemala no aguanta otros cuatro años con un Gobierno que no atienda las causas estructurales que generan migración y que no siente las bases para incentivar un crecimiento económico que permita cerrar brechas.

Giammattei debe recordar que los Hugo Chávez en el mundo surgen por la incapacidad de las élites para atender las grandes necesidades de la gente y aquí no se trata de quitar a unos para dar a otros, sino que cada quien desde su terruño haga lo suyo para aportarle un grano de arena al país.

Guatemala requiere de una nueva empresarialidad, de esa que entienda que si todos actuamos bajo las mismas reglas la competencia es más sana. El país demanda que hablemos de los temas incómodos para tomar decisiones que han sido relegadas para no molestar a algunos, pero que son impostergables en la construcción de un país distinto.

Pronto le dirán, señor Presidente, que quien piense distinto a usted (aunque le dé argumentos) es su enemigo, pero no se deje engatusar por aquellos que sí lo desean tener como títere, los que desean aislarlo de la realidad y que querrán que usted vea el mundo a través de sus ojos. De ellos debe protegerse porque esos son los que lo harán ser un “hijo de puta” más en la Presidencia.

El país demanda de todos y si usted hace su parte, cuente con que seremos muchos quienes ejerceremos ciudadanía de una forma que lo acompañe en su sueño y ojalá así pueda terminar siendo otro Pepe Mujica.

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