Napoleón Barrientos

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Guatemalteco, originario de Alta Verapaz, forjado bajo los principios de disciplina, objetividad y amor a la patria; defensor del estado de derecho, de los principios de la democracia, con experiencia en administración pública, seguridad y liderazgo de unidades interinstitucionales.

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David Barrientos

El pensamiento polarizado se caracteriza por la tendencia a generalizar y englobar diferentes realidades automáticamente, convirtiéndose en una distorsión cognitiva que nos hace ignorar matices o puntos medios razonados, provocando entonces errores de razonamiento conscientes o inconscientes, englobando los hechos con palabras como: siempre, nunca, todo, blanco, negro, bueno, malo etc. induciendo o procesando de forma equivocada la información que nos proporciona la realidad, a tal punto que se convierte en una perturbación emocional, haciendo sentir cómodos a quienes ubican la información en alguno de los extremos, como una simplificación extrema de la realidad, de tal cuenta que tanto el derechismo como izquierdismo continúan impulsando el escenario de “polarización” que obstaculiza discutir un proyecto político alternativo.

La falta de pensamiento crítico hoy es una realidad, se ha generalizado incluso en sociedades desarrolladas, hoy es común el abrazo a un ideario, bandera o proyecto en todas sus dimensiones sin mayor razonamiento. La elevada polarización política que observamos se trata de un fenómeno que ha venido incubándose poco a poco y que actualmente es una realidad asentada que no tiene visos de desvanecerse a corto plazo, la información que llega a través de la tecnología al alcance de las mayorías parece ser suficiente para la toma de decisiones, las redes nos han puesto a habitar en burbujas ideológicas en las que nadie se comunica con quienes viven en otras burbujas, aspecto que a notorios personajes en los contextos políticos nacionales e internacionales les parece perfecto, pues es su medio de vida.

En Guatemala a pesar de los esfuerzos irracionales e interesados en mantener e incrementar la polarización a la más alta temperatura y cobertura, con acciones aberrantes y cínicas en diferentes ámbitos, no se ha logrado, un extremo le da vida al otro, nutridos por sentimientos de miedo, vulnerabilidad y pérdida de control; aun así, es esperanzador el escenario actual, el partido político que hará gobierno se ubica en el centro derecho del mapa ideológico nacional, una muestra del cansancio de los extremos que sobrevuelan las esferas del poder político. Las alarmas están encendidas, los diferentes estudios apuntan a una dosis de acciones equilibradas sobre temas de importancia nacional. El fenómeno entonces que destaca hoy en día, es la polarización, que debiera incrementar el interés y compromiso de los ciudadanos por la política, pues es la piedra angular del sistema de convivencia social actual. Las sociedades polarizadas y sus divisiones producen resultados desastrosos en una serie de ámbitos: inseguridad, inestabilidad política, pobreza y desigualdad, entre otros, convirtiéndose en un lastre que impide avanzar; a mayor polarización, más difícil resulta generar confianza entre grupos con sensibilidades distintas.

Guatemala debe avanzar por el camino de la democracia y la firmeza de las autoridades, para eso es rotundamente necesario que las organizaciones políticas depuren de sus filas a personajes de extremos ideológicos de la naturaleza que sea, quienes pretenden mantener cuotas de poder en desmedro del interés común, basta de figuras que viven del odio y del extremo; que esta etapa política para Guatemala sea de liderazgos equilibrados en beneficio de todos.

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