Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Que Guatemala se esté poniendo de alfombra para recibir a los migrantes que Donald Trump desea expulsar, sin siquiera saber dónde y en qué condiciones estarán, cuánto costará tenerlos, por cuánto tiempo y al cuidado de quién, es un insulto para los millones de conciudadanos que viven en la pobreza y que han sido olvidados por la sociedad y el mismo Estado.
Asumo que no sienten la obligación de rendir cuentas al respecto porque quien maneja al Ventrílocuo llama “criminales” a los migrantes y además porque tampoco han tenido la necesidad. Ayer el grupo de exdiplomáticos presentó un recurso legal ante la Corte de Constitucionalidad (CC) para enmendarle la plana a este Gobierno nefasto.
Las inseguridades en la vida nos hacen actuar de determinada manera y alrededor del 2016 hasta el Nuncio decía que Jimmy Morales era un mandatario inseguro y que eso guiaba el camino de su presidencia y si a esa condición le sumamos el cargo de conciencia que sintió Morales de haber ido a pactar con Mario Estrada, es fácil entender su posición frente a un Trump.
Lo que Morales y su Gobierno hacen no tiene nombre. Quienes le agradecen vivir “más tranquilos” y sin la presión de las investigaciones, ahora le perdonan esto porque sus preocupaciones no les han permitido dimensionar lo que el Acuerdo de Tercer País Seguro significa para el País.
Si todavía dudan que Trump se limpia el “aquel” en cualquiera, basta recordar cómo se han esforzado en vender que lo pactado es un “simple acuerdo migratorio” y hasta un asesor del presidente americano vino aquí a decirlo, pero Trump cada vez que puede recuerda que siempre nel, que en realidad es un Acuerdo de Tercer País Seguro y punto.
Aunque el Gobierno mienta y nos quiera ver la cara, no pueden negar que firmaron un Acuerdo de Tercer País Seguro suscrito a las espaldas del pueblo y orillado por su relación con sindicados de narcotráfico.
Dicen los estadísticos que los números no mienten y que lo que se mide no permite subjetividades y la proliferación de aviones con droga en el territorio nacional nos debe hacer entender que lo ocurrido en aquel almuerzo de la gallina con loroco no fue aislado. Recuerden que, salvo un caso reciente, los demás aviones se encuentran cuando ya se llevaron todo y quemaron las evidencias.
Lo que ocurre en Guatemala llora sangre porque deviene de las relaciones de un Presidente al que no le han importado las leyes con tal de salvarse él y su familia. Estados Unidos siempre ha usado a “sus hijos de puta” como bien dijeron de Somoza y esta no será la excepción; la tarea se vuelve titánica para quienes no se dan por vencidos en su afán de lograr una Guatemala distinta porque el daño que hacen Morales y su gente es profundo.
La CC conocerá en algún momento el recurso presentado. Si lo acoge, el Gobierno deberá mandar al Congreso el acuerdo para aprobación y eso debería forzar a que al menos se conozcan los acuerdos para saber exactamente en qué consiste ser un país “seguro” para los migrantes pero muy inseguro para sus propios habitantes, aunque ya sabemos que más de algún diputado también estuvo en el famoso almuerzo con Estrada, que tienen sus nexos con el bajo mundo y querrán “salvarse” frente a la justicia del Norte aprobando los deseos de Trump.