Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Donald Trump tiene razones de peso para agradecerle a Morales la firma del acuerdo migratorio que convirtió a Guatemala en Tercer País Seguro por decreto, pues ya están enviando para acá a los migrantes de Honduras y El Salvador, de momento, para que sea desde aquí que traten de obtener asilo en los Estados Unidos, con lo que abrió la puerta a los otros acuerdos que ya suscribieron Honduras y El Salvador, si bien fue ese último país el que supo negociar de mejor forma y hasta logró la prórroga del TPS para los salvadoreños beneficiados por esa protección temporal.

Y es que, como lo dijo el jefe de staff de la Casa Blanca, también en la negociación con Centroamérica hubo Quid Pro Quo porque los acuerdos eran importantes para apuntalar la reelección de Trump que depende tanto del éxito de su política contra los migrantes centroamericanos que fueron vilipendiados desde la campaña pasada, convirtiéndose en tema esencial del proselitismo. Por ello la suspensión de la ayuda económica que dispuso la Casa Blanca para forzar a estos gobiernos, como pasó con Ucrania, a hacer algo para alentar los planes electorales del Presidente de los Estados Unidos.

Y será hoy cuando también se anunciará el plan América Crece que está dirigido a todo el continente y el Caribe, con la intención de incrementar la presencia norteamericana en la región y contribuir al desarrollo de estos países y de la democracia, según el enunciado de la Casa Blanca. Obviamente no puede contribuirse al fortalecimiento de la democracia en la medida en que los aliados sean los gobiernos más corruptos de todo el mundo, entre ellos precisamente el de nuestra pobre y sufrida Guatemala, porque la corrupción es el peor enemigo de la misma democracia.

Pero ya sabemos que el tema de la corrupción preocupa a Trump sólo si sirve para atacar a sus adversarios, como ha ocurrido con Biden, por cuyo hijo se produjo todo el escándalo de Ucrania que terminó en el proceso de impeachment actualmente en marcha. El resto de las acciones de corrupción, empezando por la terquedad para mantener en secreto sus declaraciones de impuestos, no tienen ninguna importancia, como no la tiene que en Centroamérica dos de sus aliados, Morales y Hernández, tengan serios problemas por sus vínculos con narcotraficantes, como lo pudieron comprobar los agentes encubiertos de la DEA que estaban engatusando a Mario Estrada y, de carambola, se enteraron que el mismo Presidente de Guatemala quería ser parte de la jugada y les ofreció, creyendo que eran miembros del Cartel de Sinaloa, todas las facilidades para operar libremente en nuestro país.

Pero en nombre de toda la fantasía, que va desde la de democracia hasta la de ser un país seguro, Morales será hoy atendido en la Casa Blanca por el mismo Trump y sentirá, sin duda alguna, que con ello pone broche de oro a su mandato que está a punto de expirar (gracias a Dios) en menos de un mes calendario.

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