Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Fernando Mollinedo C.

Después de leer en La Hora el acertado artículo de Oscar Clemente Marroquín correspondiente al pasado viernes 13 de diciembre, no queda más que pensar en la gran posibilidad que lo referido sea una realidad tal vez en un par de años o un poco más.

“Como que el país tendrá nuevos dueños” es el título de dicho escrito donde hace referencia a la actual situación evolutiva de las acciones narco políticas en Guatemala, territorio hasta ahora han detentado y explotado por los herederos de los conquistadores españoles y otros europeos que con la imposición de la cultura occidental sometieron por la vía violenta a la población original de este territorio.

Pero como “no todo dura para siempre” ese poder hegemónico desde hace 495 años consistente en tierra, dinero e influencia política está amenazado hoy día por otro capital posiblemente más fuerte y con las mismas características que el añejo: obtener el poder del poder y de esa forma no sólo aumentar sus capitales económicos, también el uso de la infraestructura administrativa del Estado para usufructuar el dominio institucional que les proporcione inmunidad oficial y como valor agregado, impunidad.

A través de los años, este capital emergente ha cooptado al poder local de diferentes regiones, es decir a muchas municipalidades y algunas gobernaciones departamentales, reclutando así a su ejército político al que denominaré las mulas de Troya por la función de cabezas de playa que han ejercido a través de la institucionalidad, especialmente por medio del voto popular su ingreso al mundo de la legalidad para realizar actos de ilegalidad en perjuicio de la población.

Los traidores a Guatemala, que siguen pidiendo a gritos la intervención armada estadounidense como aliados de ese imperio, deberían saber que desde los años mil setecientos, los Estados Unidos de América han tenido influencia política en la vida política y administrativa de Guatemala, por lo que, no es de extrañar que hoy su presencia por medio de tropas del ejército en las fronteras, buques de guerra navegando en la plataforma marítima nacional, control migratorio con jeeps J-8, ya sea una cosa natural en este país; lo cual ha sido para garantizar los intereses de las grandes corporaciones (recordemos la United Fruit Company, Empresa Eléctrica, Irca…).

“Pan y circo” para la población, leyes protectoras de los intereses económicos extranjeros y negocios lesivos al Estado con fachada de legalidad; ese ha sido, es el presente y será el futuro de la población guatemalteca, con los ya en perspectiva nuevos dueños del país.

Aprovechando que es fin de año y ante la jactancia oficial, me permito preguntar a las autoridades correspondientes: Ya que el PIB (producto interno bruto) es de manera simple la suma de los bienes y servicios producidos en un año por una economía, es decir, la riqueza producida ¿produjo Guatemala riqueza alguna en estos últimos cuatro años?

Otra cifra que los economistas de todos los gobiernos quieren ocultar o magnificar: la distribución del ingreso entre personas, sectores y comunidades; es decir ¿a dónde va la riqueza producida? ¿quién lo puede explicar?

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