Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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¿Qué sucedería si las mujeres nos atreviéramos a denunciar al mismo tiempo todas las violencias, los acosos, los abusos, las violaciones que hemos sufrido desde que nacimos? Esta sociedad quedaría perpleja, porque sé con seguridad que las denuncias se desbordarían y evidenciarían la misoginia que nos está matando a las mujeres en este país. Desde hace unos días nuestras hermanas chilenas, en el marco del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” presentaron al mundo el performance “Un violador en tu camino”, este ha sacudido a miles de personas y miles de mujeres han salidos a las calles a replicarlo desde sus contextos, mostrando lo que en sociedades como la guatemalteca aún nos resistimos a querer ver y principalmente reconocer: que vivimos en un país que se construyó en detrimento del bienestar de las mujeres, porque de esta manera se perpetua la desigualdad que nos fuerza a las mujeres a estar supeditadas a los hombres.

¿Qué mujer en Guatemala no se ha sentido insegura al transitar por las calles o al utilizar el transporte público?, ¿Qué mujer no ha sentido miedo y no se ha estremecido cuando al caminar por la calle sentimos que alguien nos está siguiendo?, ¿Cuántas veces nos han “metido mano” como común o hasta normalmente llamamos al acoso y a las agresiones sexuales?, ¿Cuántas mujeres han tenido que renunciar a un empleo por haber sido acosadas por sus jefes o compañeros de trabajo?, ¿Cuándo dejaremos de sentir esta inseguridad, este miedo por el hecho que somos mujeres?, ¿Cuántas mujeres que conocemos, que nos son cercanas han sufrido algún tipo de violencia por ser mujeres?, ¿Cuántas mujeres en este mismo instante estás siendo agredidas? Son decenas de preguntas, son siglos de opresión. Estamos hablando de patriarcado, un sistema de dominación que se alimenta de otros como el racismo y el clasismo para justificar la desigualdad entre mujeres y hombres, ubicando a las mujeres mayas en el escalón más bajo de la sociedad, pues la interseccionalidad de estos problemas estructurales hará que se desprecie a las mujeres por el hecho de ser mujeres, indígenas y pobres.

En las redes sociales se están posteando decenas de denuncias por violencia contra las mujeres, que van desde violaciones hasta desaparición de mujeres que ya no pueden denunciar con su propia voz porque han sido víctimas de la misoginia que estamos denunciando. Estas denuncias están evidenciando que el machismo está tan enraizado en este país que muchas veces somos violentadas sin que nosotras mismas nos percatemos de esto porque está normalizada la violencia y el machismo. Nos escandaliza el hecho que en estas denuncias estén saliendo a relucir los nombres de intelectuales, periodistas, académicos, activistas como si el machismo se quitará sólo con ir a la universidad o con estudiar, obviamos que nacemos en un sistema que nos condena a las mujeres por ser mujeres.

El Estado de Guatemala es el mejor ejemplo de perpetrador de violencias contra las mujeres. No sólo nos viola antes de matarnos quemadas sino que además nos denunciará por ello.

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