Por: Rolando Alfaro A.

El Consejo de Estado, insisto, es de urgencia nacional, ello debido a que la población de Guatemala ha crecido enormemente, y no es para alarmarse, pero sí con una gran necesidad de ser instruidos en materia cívica.

Si bien es cierto que en un tiempo existió el Consejo de Estado, se cometió el error de hacerlo depender de la Presidencia de la República, lo que al final de cuentas fracasó por diversos motivos, siendo el principal, como ya lo mencioné, y por el hecho que no se hizo depender de una elección libre.

En consecuencia, ni los habitantes del territorio nacional, sean o no analfabetos, van a aprender que la institución que se propone sea bien conformada, y de allí, la serie de diatribas e incomprensiones salen a la luz, y todo, queda en el limbo. Y, los habitantes del territorio nacional, seguirán sin entender el porqué de la referida elección de legisladores.

Asimismo, es lógico, que la Cámara alta sería como pasa en la actualidad, examen con la Cámara baja. Por lo tanto, resulta lógico que continúen los errores del denominado Congreso de la República.

Por otra parte, las entidades gubernamentales de los últimos años, quizás por desconocimiento cívico, en lugar de ser estimados son mal vistos, por la débil formación y educación de los habitantes del territorio nacional. Y, todo sería mejor, si existiera la Cámara alta, conformada por profesionales de mayor trayectoria y experiencia.

Lo anteriormente señalado, en consecuencia, sería mil veces mejor por el hecho de existir dos cámaras, a efecto de poder hacerle comprender a los ciudadanos el trabajo que se desarrolla con lo indicado. De lo contrario, seguiremos escuchando inconformidades, diatribas y descontentos.

No se trata, por lo tanto, de desinformar, sino de educar a la población acerca de los avances de la legislación nacional que, en suma, posee un atraso vergonzoso. Y, que por lógica jurídica seguirá con el atraso en el que se encuentra estancada por largos años.

Por lo tanto, estimados lectores, no conviene seguir contradiciendo y llevando la contra, sin antes estudiar los avances de las Ciencias Jurídicas y Sociales, pues el no hacerlo, nos seguirán señalando como un pueblo sin educación.

Finalmente, debemos tomar en cuenta, lo escrito por Eduardo Couture en el Alma de la Toga, y dedicada a los abogados, así: Estudia, el Derecho se transforma constantemente y el abogado que no estudia es cada día, menos abogado.

Cartas del Lector

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