Cartas del Lector

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René Leiva

La ideología que tiene más respuestas que preguntas, más certezas que dudas, más encuentros que búsquedas… ¿cómo llamarla?

Hay quienes aseguran que las ideologías son de procedencia extraterrestre, que vinieron en el mismo aerolito que acabó con los dinosaurios hace 300 millones de años, y que permanecieron en estado de letargo hasta la malhadada aparición del homo sapiens, todo ello con inconfesables propósitos de ignórase quién, detalle éste que hace inconsistente e insostenible dicha teoría.

Buena parte de la ideología del corrupto organizado sostiene, de forma simplista, que el dinero robado al Estado, del erario, no tiene dueño real, que esos fondos monetarios provienen de los contribuyentes y que ellos mismos, los corruptos, mal que bien son tributarios, y que apropiarse de un buen porcentaje del Presupuesto General de la Nación, mediante variadas y complejas maniobras bien asesoradas, es rescatar “algo” de lo que les pertenece. De ahí, en parte, su falta de escrúpulos, su persistencia en la corruptela, su total carencia de remordimientos, su impunidad también organizada. Su infame ideología, sus tantos prosélitos.

¿Le provoca una cierta vergüenza o cargo de conciencia, más dudas que convicciones la ideología que usted profesa, al punto de pretender ser neutral y tomar discreta equidistancia? Esa es señal infalible de que usted no está equivocado, que usted supo escoger dónde debe estar en el conjunto de las ofertas ideológicas que propone la sociedad (humana). Personas como usted necesita esa ideología suya, usted y la sociedad toda.

Insólito, sorprendente pero repetido fenómeno: que individuos de antagónicas ideologías sean coyotes de la misma loma y se tapen con la misma chamarra cochambrosa.

La ideología arcaica, esclerosada, valetudinaria, en pertinaz agonía pero dominante, que te desvaloriza, te invisibiliza, te ningunea, te niega oportunidades. La ideología que te discrimina por tu apariencia, tus apellidos, tus costumbres ancestrales, tu cosmovisión milenaria. La ideología que aun antes de vos nacer te condena sin conocerte, y peor si sos mujer, a apenas sobrevivir y a cargar una vieja cruz por los caminos. Empero, tu memoria prevalece, en tiempo presente, y prevalecerá a los obstinados estertores de la vieja y ubica ideología dominante, como está escrito en el iris castaño de tu mirada vasta.

Un misil con potencia de miles o millones de quetzales/dólares, sea de procedencia gubernamental, empresarial, u otra, puede destruir cualquier fortaleza o búnker ideológico, según los expertos.

Suele denostarse a las ratas cuando abandonan el barco de su supuesta ideología porque se hunde o zozobra, pero rara vez, o nunca, esos bichos son los constructores y la tripulación de la nave ideológica, sino más bien polizones, viajeros ocultos o clandestinos que van y vienen y así sobreviven por generaciones. (A veces, de tanto roerla, las ratas son las causantes directas del naufragio de su pretendida ideología).

Entre una monumental y centenaria iglesia católica y 20 mil casitas para el culto dominical de sectas protestantes hay algo (bastante) más que una ideología, hermanas y hermanos. ¿Tiene Dios una ideología que no sea la mía?

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