Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Totonicapán no sólo es uno de los departamentos con mayor densidad de población fuera de la capital de la República, sino también de los más pobres del país, pero es reconocido internacionalmente por el aporte que han hecho los 48 Cantones, entre otras cosas, para preservar sus bosques. Y es que se trata de una peculiar forma de organización ancestral que se encarga de los temas comunales y el día de hoy realizaron una movilización desde temprana hora en Cuatro Caminos para oponerse a la Ley de Aceptación de Cargos que en forma amañada fue aprobada por el Congreso para servir en bandeja la impunidad.

A la movilización en Cuatro Caminos se agrega que este día presentarán, junto con Acción Ciudadana, un Amparo en la Corte de Constitucionalidad contra esa ley que distorsionó por completo la iniciativa que había sido presentada con criterio técnico-jurídico hace algún tiempo. Pero ellos han entendido perfectamente el sentido de la nueva ley y por ello, dando un ejemplo al resto de la ciudadanía, se manifiestan en contra de lo que saben que es una puerta abierta para que los corruptos gocen de impunidad.

No deja de ser importante que los indígenas del país sean quienes asuman la posición de protesta frente al esfuerzo por consolidar los vicios de nuestro sistema político y administrativo. Y se trata de una entidad que ha sido reconocida por sus méritos al punto de que hasta ha sido sujeto de ayuda económica de USAID que entendió la enorme importancia de la labor que en temas ambientales tiene el trabajo que hacen esos 48 Cantones que están compuestos por gente comprometida y activa, lo cual no es corriente encontrar en un país donde la indiferencia pareciera ser la característica principal de la sociedad.

Por supuesto que en nuestro medio se descalifica, de entrada, todo lo que provenga de las comunidades indígenas y no faltan los que dicen que son manipulados y usados. Pero quien conozca un poco de la historia del país y de su realidad, entenderá que se trata de una organización absolutamente independiente y respetada porque es la expresión legítima de miles de personas que dan forma a una peculiar y muy representativa estructura. Y esos que se encargan de descalificar a los indígenas y que no les reconocen ni respetan méritos, deben recordar el papel que jugaron en la última intención de reforma constitucional para el Sector Justicia, cuando con una madurez que ya quisieran otros grupos, pidieron que el tema de la justicia indígena quedara fuera del proyecto a fin de que no sirviera eso de pretexto para evitar los urgentes y necesarios cambios en las normas constitucionales vigentes.

Lo importante es ver que la indolencia de los ladinos está haciendo que los indígenas se conviertan en la vanguardia de la lucha contra la impunidad y contra la corrupción, lo cual no resulta agradable para los operadores del sistema viciado. Y si algo tiene el indígena es compromiso y perseverancia en lo que hacen, lo cual redobla la importancia de esta nueva manifestación.

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