David Napoleón Barrientos Girón
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Lanquín es un municipio con una topografía e hidrografía que la hacen envidiable turísticamente, sin embargo, se caracteriza por su ruralidad, con sus índices de desarrollo humano por debajo del nacional, ocupando el segundo lugar de la Franja Transversal del Norte con mayor tasa de pobreza, además que ocupa el quinto lugar de municipios a nivel nacional con extrema pobreza, por lo que se hace necesario el uso eficaz y transparente de los recursos que se le asignen y así su población pueda acceder a los servicios básicos, sin embargo desde el 2000 ha sido administrado por la corrupción local, con el aval de la autoridad nacional.
El alcalde Francisco Pop hoy bajo prisión preventiva, acumuló riqueza según él mismo, por los fondos municipales provenientes del porcentaje que el presupuesto nacional le asigna, por el pago de ingreso a Semuc Champey, por un préstamo millonario a la municipalidad solicitado por la pobreza en que vive de la población, por obras fantasma principalmente de mantenimiento de infraestructura, por los ingresos de las Grutas de Lanquín que por cierto es propiedad privada, donde no solo han malversado sino han cometido abuso de autoridad entre otros; todo esto no hubiera sido posible sin el soporte de entes de fiscalización nacional y autoridades nacionales del momento. Es del conocimiento de la población de Lanquín que para solventar su caso, el alcalde y otras autoridades involucradas han hecho un fondo millonario de quetzales para influir en el proceso penal que hoy se ventila, de tal suerte que tanto el juzgador, como la fiscalía encargada del proceso tendrán una prueba de firmeza y honradez.
La actual alcaldesa Irlanda Pop, sobrina del anterior alcalde hoy privado de libertad preventivamente, ante la supuesta impunidad en que quedaría su tío, se ha dado a la tarea de seguir su ejemplo, el municipio vive en condiciones de abandono y desventura por la actual administración que sigue publicando obras fantasma sin que autoridad alguna, chiste, palabra, aguante las embestidas de efectivo de los enriquecidos alcaldes de dicho municipio. Esta muestra de corrupción es la que hace que los guatemaltecos pierdan la credibilidad en el Estado, y se señale con insistencia la urgencia de contar con instituciones que privilegien a los guatemaltecos en general y no a quienes aprovechan las bondades de la democracia para asumir administraciones y burlarse de la misma población, aprovechándose de la ignorancia y abandono de los pueblos guatemaltecos que están dejando de creer en el sistema.
Toda esta reprochable situación se pudiera evitar y corregir si el personal responsable de la auditoría y fiscalización asignado a la municipalidad de Lanquín atendiera las denuncias y hallazgos evidentes facilitados por la población a través de testigos, denuncias y acciones del Ministerio Público. La voluntad de responder a la sociedad civil de Lanquín está a prueba con el proceso al anterior alcalde y los resultados de la reciente auditoría de la Contraloría General de Cuentas recién finalizada el pasado mes de octubre de 2019, pues según los lanquineros los mismísimos delitos se siguen cometiendo, las evidencias están a la mano.
