Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

Los disturbios acaecidos ayer en el bulevar de ingreso a la colonia Bethania, zona 7, son una clara muestra de la ingobernabilidad de parte del Estado, que deja al descubierto la falta de autoridad, de una Policía Nacional Civil (PNC) que trabaja de la mano del crimen organizado, en vez de velar por el cumplimiento de las leyes vigentes en el país.

Los agentes asignados a la estación de la colonia El Amparo I, se pusieron en el lado incorrecto, trabajaban como pantalla de una fuerza civil policial, pero que en realidad eran parte de la delincuencia organizada, que extorsiona y amedrenta a la sociedad.

Se conoció que el grupo de agentes de la Inspectoría de la fuerza policial, había montado un operativo para capturar a los malos elementos que estaban extorsionando a los pobladores, entonces en el momento que se procedía a hacer la entrega de un dinero ilícito, inició una balacera, de policías contra policías, que dejó la cauda de cinco efectivos heridos.

Al ver esto un grupo de jóvenes, posiblemente colaboradores de las pandillas que operan en el sector, se dieron la tarea de apedrear e incendiar las unidades de la fuerza pública, donde viajaban los elementos de investigación interna. Supuestamente los revoltosos hicieron los destrozos en apoyo de los agentes corruptos que les iban a dar la caída.

Los vecinos del sector comentaban que desde que fueron asignados estos agentes se incrementaron las extorsiones en el área, las cuales empezaban con la entrega de un celular, para que se diera la comunicación con la gavilla, la cual resultó estar conformada por policías y no por los malos de la película.

Los elementos de investigación interna tratan de limpiar las filas policiales, pero se encuentran con el obstáculo de que, los afectados por malos elementos, no se atreven a denunciar por temor a represalias, pero debemos de quitarnos este miedo para poder limpiar un ente que debe estar al servicio de la población y no en manos de personas que no deben estar dentro de las fuerzas de seguridad.

Existe un dicho dentro de la institución policial y es el siguiente: si la cabeza anda mal, los patrulleros andan peor. Esto se menciona porque son los altos mandos, los que supuestamente imponen la forma de trabajar, dentro de la institución policíaca, dan un mal ejemplo y sus subordinados van actuar de la misma manera.

Afortunadamente no todos los policías son malos dentro de la fuerza policial, existen muchos hombres y mujeres comprometidos con su trabajo y su función de velar por la seguridad de la población, pero lamentablemente se ven imposibilitados de denunciar a los malos mandos, porque estos la emprenden en su contra y los envían, con señalamientos falsos, a puestos de vigilancia de edificios públicos, protección de funcionarios o bien al centro de llamadas, donde se toma como un castigo para el elemento que se opone actuar al margen de la ley.

En estos últimos cuatro años, por decisiones ministeriales, han sido sacados de la Policía Nacional Civil (PNC), muchos mandos altos y mandos medios de la fuerza de seguridad, lo cual deja falencias dentro de las filas de una institución que trabaja de la información que recibe y que es analizada para la toma de decisiones para combatir el crimen organizado y la delincuencia común.

Los policías son preparados durante años, es un trabajo que no se aprende de la noche a la mañana, entonces el Estado debe incentivar a este tipo de elementos que llevan una formación e instrucción, la cual se pierde cuando se les saca de manera injustificada y antojadiza, muchas veces, porque no conviene a los malos elementos y se convierten en una piedra en el zapato para los corruptos.

Existe un ente de Reforma Policial, pero el mismo no es apoyado y ha quedado demostrado que cuando se le da el músculo necesario, cambia la imagen institucional de una entidad que debe estar al servicio de la población y no del crimen organizado.

 

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