Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

Para la historia, me declaro hoy en rebelión total frente al Estado de Guatemala, por ser fallido, caótico y colonia de Estados Unidos. Nunca acepté a Jimmy Morales como Presidente del país, porque estoy convencido de que no ganó las elecciones de 2015, sino que su “histórica” segunda posición fue inventada, y luego se le robó la presidencia a Sandra Torres. Tampoco me sentí representado por el Congreso, lleno de diputadas y diputados reelectos y gran cantidad de tránsfugas, que luego mostraron su verdadera condición al sumarse al Pacto de Corrupción. Igualmente, el Sistema de Justicia, con dignas excepciones, no promueve la justicia sino que la impunidad, tanto de criminales y delincuentes, como de quienes han saqueado al Estado y flotan en el fango de la corrupción. Pedir la renuncia de Jimmy y su Gabinete, en su totalidad, ha sido obligado, aunque ante su falta de ética solamente se les pudo haber sacado de sus puestos mediante medidas de hecho. Igualmente, debimos haber cerrado el Congreso desde 2017 y evitar las monstruosidades legislativas que la inmoral legislatura ha venido aprobando; pero dudamos en esa fecha y luego actuó peor. Hoy resulta indispensable proceder a su cierre para evitar más medidas inaceptables.

Pero no me declaro en rebelión sólo con relación a lo pasado y los últimos meses del desastroso régimen que tenemos; me declaro igualmente en rebelión contra lo que viene en los tres Poderes del Estado y, de no actuar la ciudadanía ahora con determinación, lo que ocurrirá en la propia Corte de Constitucionalidad. Las personas criminales y/o corruptas se esfuerzan por apoderarse del sistema de justicia totalmente, para contar con los instrumentos que requieren para reprimir a las grandes mayorías. Mientras tanto, han acaparado la legislatura 2020-2024 con más de ciento veinticinco incondicionales legisladores, que serán continuidad de la legislatura actual. Ese Congreso no me representará, en lo absoluto, y tampoco reconoceré a Alejandro Giammattei, italiano-guatemalteco entregado a Trump, como presidente del país. No hay beneficio de la duda que darle; nada nos hace dudar de que nunca velará por los intereses del Pueblo de Guatemala, ya que es una marioneta más del imperio en la región de América Latina y el Caribe. Al rebelarme frente al Estado de Guatemala, me siento en libertad total de procurar su caída y desmantelamiento, así como de proponer a la ciudadanía la modalidad de Estado que pueda responder a las necesidades del país. Al rebelarme frente al Estado no renuncio a mis derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que me corresponden como ciudadano ni a mi obligación de defender los derechos humanos fundamentales, combatir constantemente la corrupción y la impunidad y promover la transformación radical del Estado y la sociedad. Me esforzaré, particularmente, por lograr un nuevo Pacto Social en el país, que una Asamblea Nacional Constituyente, debidamente mandatada, lo convierta en la Constitución de 2020. Con total convicción insto a la ciudadanía a echar a Jimmy Morales, cerrar la legislatura e impedir que Giammattei reciba la banda presidencial.

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