El tema de la emisión de pasaportes es otro asunto al que se le debe poner atención. Foto La Hora

Los mexicanos acuñaron la frase de la Ley de Hidalgo que se aplica en el último año de los gobiernos bajo el concepto de que “es baboso el que deje algo”, es decir, quien no aproveche la última oportunidad que tiene para llenarse los bolsillos con el dinero público. México es un país con larga historia de corrupción, como nosotros, y allá al final de cada sexenio se corre para cerrar negocios a troche y moche para raspar hasta el último centavo de la olla del Estado.

En nuestra Guatemala la mayoría de funcionarios ni siquiera saben quién es Hidalgo, pero lo que si saben es que, llegado el momento, baboso el que deje algo y por ello ahora vemos una acelerada intención de cerrar jugosos negocios en los dos meses que le va quedando al régimen. Y entre los negocios apresurados a como dé lugar están las concesiones para los pasaportes y para las licencias de conducir, temas en los que históricamente se han realizado importantes negocios porque no puede haber nadie tan ingenuo como para pensar que, en nuestra Guatemala, marcada por la corrupción rampante, alguien haya podido hacerse con alguna concesión de ese tipo sin haber pasado saludando al rey con las formas y modos que todos conocemos.

Lo mismo puede decirse respecto las placas de circulación que se han postergado por años y años, pero que súbitamente se vuelven tan importantes. Y es que es obvio que habiendo aún “espacios presupuestarios” vale la pena acrecentar las necesidades, como podría estar ocurriendo con la “súbita” interrupción en el trámite de los pasaportes que se atribuye a una defectuosa fibra óptica, pero que puede ser resultado de cualquier acción que sólo siendo mal pensado se puede detectar.

Obviamente desde el plano legal está la Contraloría de Cuentas para hacerse cargo de impedir los trinquetes y hacer que todo se haga de manera transparente, pero ya sabemos que la Contraloría aquí sirve únicamente para perseguir a los que le caen mal al pacto de corruptos, pero jamás hemos visto que se pronuncie sobre algún trinquete de verdad, menos si el mismo es realizado por los más vociferantes miembros del cartel de la impunidad en Guatemala.

Por ello es que en estos días vendrán aguinaldos extraordinarios en Renap, SAT y Gobernación, donde se aceleran los procesos para hacer concesiones y para cerrar contratos con proveedores que, diligentemente, agarran el paso para no dejar con los colochos hechos ni cara de Hidalgo a quienes están urgidos de finiquitar los negocios antes que les llegue el sustituto.

Redacción La Hora

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