Emilio Matta Saravia
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Continuando con el análisis del Informe Global de Competitividad, y tratando de ir un poco más allá de lo que indican los números o evaluaciones, me tomé la libertad de correlacionar las evaluaciones de todos los países en temas evaluados para tratar de medir la incidencia que puedan tener unos temas que considero críticos en otros, independientemente de cómo son evaluados, ya que existe una calificación de 0 a 100 que permite estandarizar la data midiendo a cada tomando las calificaciones por país en cada tema. Para referencia del lector, la correlación mide la fuerza y dirección en que se relacionan dos variables y va de -1 a 1. Al acercarse a los extremos (-1 y 1) se tiene un mayor grado de correlación, ya sea inversa, en el caso del negativo, o directa, en el caso del positivo.
En primer lugar, medí la correlación que tienen la calidad de infraestructura vial con la incidencia de corrupción y con la carga de regulaciones gubernamentales, dando como resultado una correlación de 0.694 entre la incidencia de corrupción y la calidad de infraestructura vial, y 0.521 entre la carga de regulaciones gubernamentales y la calidad de infraestructura vial. Esto quiere decir que estadísticamente existe una mayor fuerza positiva que relaciona la incidencia de corrupción con la calidad de infraestructura vial en los países analizados y que corrobora la afirmación que hice en mi columna anterior de que a mayor incidencia en corrupción, mayor deficiencia en infraestructura vial. Esto es algo que nosotros ya conocemos empíricamente, ya que, en nuestro país, tenemos una pésima infraestructura vial y la misma es el resultado del alto nivel de corrupción entre nuestras autoridades y sus financistas, a quienes normalmente les adjudican obra pública (construcción de carreteras, por ejemplo) para que puedan recuperar su dinero “invertido” en la campaña política del funcionario público. Si no me cree, estimado lector, lo invito a visitar el Libramiento de Chimaltenango, adjudicado a una empresa cuyos funcionarios aceptaron haber pagado coimas a políticos de turno para la adjudicación y pago de obras públicas. Esta obra, que fue fastuosamente inaugurada por nuestro Presidente y su Ministro de Comunicaciones, se está cayendo literalmente en su primer invierno. ¿Qué podemos esperar de este libramiento en cinco años? La saturación de los suelos en invierno, a la que nuestros incapaces y torpes funcionarios culpan de ser la causante de los derrumbes, es tan común en nuestro país como la adjudicación corrupta de obra pública.
El cuarto pilar mide la estabilidad macroeconómica en donde Guatemala es número 81 en el ranking de países evaluados. Los temas que se miden son inflación (94) y dinámica de la deuda estatal (88). El quinto pilar es capital humano, donde nuestro país ocupa el puesto 99 del ranking, y se evalúa la salud (88) y expectativa de vida (87). En este caso, también correlacioné la incidencia de corrupción con la salud, donde existe un 0.63 de correlación entre ambas variables en los países estudiados, lo que nos da evidencia suficiente para afirmar que, a mayor incidencia en corrupción, mayor deficiencia en la salud de la población.