Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

Los transportistas han anunciado que en el momento que entre en vigencia el uso del dispositivo de reducción de velocidad, en vehículos pesados y transporte colectivo, irán a un paro, sin ponerse a pensar en la cantidad de muertos que han causado sus pilotos que circulan en las diferentes carreteras del país. En muchos casos por exceso de trabajo y en otros por falta de mantenimiento de las unidades.

La Cámara de Transportistas Centroamericanos amenazan al gobierno en parar los automotores, a partir del 14 de noviembre, en el momento que entra en vigor el acuerdo gubernativo 30-2019, en el que se establece el reglamento de la Ley para el Fortalecimiento de la Seguridad Vial, la cual ordena que los transportistas de buses y vehículos de carga deben colocar un dispositivo que no permita que los automotores viajen a más de 80 kilómetros por hora.

Esto solamente demuestra que muchos sectores del país quieren hacer lo que les viene en gana, sin ponerse a pensar que los choferes de vehículos pesados y colectivos solamente dejan luto y dolor por la irresponsabilidad en el manejo de los automotores, los cuales circulan a velocidades no permitidas sobre la cinta asfáltica.

Todos los días en los cuatro puntos cardinales del territorio, escuchamos que se han accidentado tráileres y buses, los cuales, en la mayoría de veces, dejan decenas de personas muertas y heridas, debido al irrespeto que se tiene de la Ley de Tránsito, la cual estipula que la velocidad máxima en carretera es de 80 kilómetros por hora.

Pero esto no se cumple, cualquiera que viaja a los departamentos, ve cómo son rebasados a excesiva velocidad, la cual sobrepasa los 100 o 120 kilómetros por hora, que si le sumamos que van sobrecargados de productos o bien de personas, hace casi imposible que pueda ser controlado un automotor que viaja como que lo persigue el diablo.

Los pilotos del transporte pesado y colectivo, en su gran mayoría, no tienen las capacidades y calidades para llevar estos armatostes, que se han convertido en cofres de la muerte. En los últimos 45 días, los medios de comunicación, han informado que dos camionetas se han ido a empotrar en las garitas de la autopista entre Palín y Escuintla, todo porque los pilotos manejan vehículos en mal estado y sobre todo que no tienen ningún tipo de mantenimiento.

En ambas ocasiones los choferes han asegurado que se quedaron sin frenos, lo cual demuestra que a los propietarios solamente les motiva ganar dinero y no se ponen la mano en la conciencia de que prestan un servicio de transporte colectivo, donde viajan personas y no tanates de papas.

La nueva iniciativa contempla multas de más de Q25 mil y penas más severas para pilotos y propietarios, lo cual ha hecho que los transportistas sientan presión para prestar un mejor servicio, pero como todos quieren hacer lo que les viene en gana, extorsionan con hacer un paro nacional.

No es posible que las autoridades de tránsito se dejen manipular con el argumento de que los dispositivos de reducción de velocidad van a dañar los automotores, simplemente lo hacen para no verse afectados con una normativa que pretende reducir el número de accidentes y muertes en carreteras. No se debería tener necesidad de imponer estas disposiciones viales, pero lamentablemente los pilotos no respetan las leyes de tránsito y como dice un refrán si no haces caso, aprenderás con el rigor de la Ley.

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