Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González
 
“Cuando falten segundos para la medianoche no pidas fama ni fortuna. Sonríe diciendo adiós en paz rodeada de la gente que te sabe amar”.
 
A sólo seis días que un nuevo noviembre esté presente, en nuestras vidas, importante es recordar y soñar porque, evidentemente, el tiempo habrá de pasar y un año más será historia. Llega el tiempo de recodar qué hicimos en el año que se va, desprendiendo para dar paso a un nuevo ciclo.  En donde el futuro es un misterio que no podemos identificar ni descifrar, sólo llegará.

Soñar para el nuevo año. Soñar sobre nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra Guatemala. Soñar para avanzar y concretar nuestros sueños es tarea difícil, pero tenemos que enfrentarla cara al sol.

Noviembre es esa temporada durante la cual nos invaden sentimientos de consumo masivo y es la puerta para las conmemoraciones del fin de año, la Navidad y el tiempo nuevo. Noviembre es ese puente invisible que nos conecta con la algarabía, la música, la gastronomía, la “parranda” y que nos prepara para la irresponsabilidad del fin de año, entre convivios, música, amigos y más.

Año con año los cuerpos de bomberos nos presentan en esa temporada estadísticas de personas fallecidas, heridas, incendios generados por irresponsabilidades y la policía nos habla de capturados. Lo más doloroso son las cifras de viudas y huérfanos que se quedan con angustias, desesperanza y deudas porque fuimos en un minuto irresponsables y nos encontramos de frente, con la muerte.

Noviembre enamora y nos prepara para el fin del año y abre las del nuevo, debería de ser un mes en el cual midamos nuestras capacidades a futuro. Midamos nuestra economía. Midamos a nuestra familia. Midamos nuestro trabajo. Un renglón que debemos de estar atentos, pues la superpoblación que tenemos en la capital aboga por trabajo para el sostén de las familias.

Es importante que midamos si estamos en capacidad de continuar con nuestro nivel de vida. No lo tiremos a la basura con irresponsabilidades en el fin de año como ha sucedido en años anteriores. ¿Es acaso mucho pedir? No. Somos parte de una sociedad consumista y la temporada es proclive a “invitarnos” a gastar. Pero en enero llega la compra de uniformes, útiles y en algunos casos pago de trasporte escolar.

Noviembre nos abre las puertas al fin de un año y el principio del nuevo. Es la “bisagra” del tiempo que cierra la puerta imaginaria de aquellos meses idos y abre los que están por llegar. De usted depende entonces, recordar los meses idos y esperar los que están por llegar. De usted depende su familia. De usted depende tener otros doce meses del nuevo año.

O prefiere ser estadística… de la cárcel, preso… de los hospitales heridos… De los cementerios….

¡Ah! y con noviembre llega una de las tradiciones más hermosas de nuestro país, pues reúne a las generaciones en la visita a los cementerios, el vuelo de los barriletes y la comida del día, el fiambre.  Disfrútelo en familia y planifique sus gastos para las fiestas de fin de año, para poder disfrutarlas mejor.

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