Edgar Villanueva
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It’s the economy, stupid! Es la frase atribuida al asesor de campaña del expresidente, Bill Clinton, James Carville quien la acuñó en la campaña presidencial de 1992 refiriéndose a uno de los temas torales de la campaña que llevo a Clinton a la Presidencia. Desde ese momento, se ha utilizado para hacer referencia a la importancia de la economía en diversas situaciones políticas e históricas. Guerras y presidencias se han ganado a causa de una buena salud económica, y de la misma manera, titanes de la política han visto como sus aspiraciones al poder se esfuman por una mala situación económica. Hago este preludio para resaltar la importancia que el trabajo del Ministerio de Economía tiene para el próximo Gobierno y como antesala a las tres recomendaciones que propondré en la continuación del ejercicio de propuesta.
La primera recomendación es una repetición de una que escribí en la columna que contenía recomendaciones al Ministerio de Relaciones Exteriores. Esta es, realizar un mapeo de los tratados comerciales vigentes, en proceso de negociación y los inexistentes donde hay un potencial mercado y dedicar recursos y personal a potenciar los primeros, a finalizar la negociación e iniciar implementación de los segundos e iniciar la negociación de los terceros. El Mineco es quien lidera la negociación de los tratados comerciales internacionales y el aprovechamiento de los existentes y la extensión a nuevos mercados es vital para nuestra economía.
Como segunda sugerencia está mantener la institucionalidad que ha permitido tener una política macroeconómica estable. Esto ha pasado en gran parte por la existencia de instituciones profesionales y no políticas, como el Banco de Guatemala. Pero también porque la mayoría de las autoridades del Ministerio de Economía han sido profesionales y prudentes con la política económica, la cual se ha manejado en buena medida, con mayor ciencia que politiquería.
La tercera sugerencia es trabajar de cerca con el sector privado y las autoridades a cargo de competitividad con el objetivo de escuchar cuáles son los retos que estos enfrentan para invertir, generar más oportunidades para los guatemaltecos y ser competitivos. Ya existen temas en los que hay consenso para promover cómo fortalecer ciudades intermedias o invertir en infraestructura vial, por ejemplo, y todavía se pueden motivar otros temas para trabajar unidos.
El Gobierno que entra en enero tiene un reto importante para generar confianza con la ciudadanía y considero que tiene una ruta relativamente clara para hacerlo: la economía y la generación de oportunidades. Los ciudadanos guatemaltecos ya lo han manifestado en varias encuestas, su principal preocupación es la falta de mejores empleos y de oportunidades.
En esta columna aprovecho a plantear una cuarta recomendación. No dejarse distraer por requerimientos y planteamientos de liderazgos no representativos. Los guatemaltecos de a pie quieren trabajar, quieren salarios competitivos y quieren progresar y proveer para sus familias. Si el nuevo Gobierno logra atender esta necesidad, habrá recorrido un buen trecho para recuperar la confianza ciudadana, y eso fortalecerá todos sus otros proyectos.