Luego de haberse declarado inocente de los cargos en su contra, el excandidato presidencial y dueño de UCN decidió declararse culpable siguiendo los pasos de otros que han sido juzgados en Estados Unidos por narcotráfico, lo que puede traducirse en una reducción de la pena. Sin embargo, Mario Estrada sabe perfectamente, porque sus abogados que le aconsejaron aceptar los cargos están al tanto, que la reducción de la pena estará en estrecha relación con lo que él pueda seguir aportando de información para que la justicia norteamericana siga avanzando para detener y castigar a otras personas que se han entregado en brazos de los traficantes de drogas.
En otras palabras, saben que no es suficiente la aceptación de los cargos y declararse culpable para lograr automáticamente la reducción de la pena, sino que para que eso se produzca, como en el caso de Marllory Chacón, tiene que convertirse en mariachi y empezar a cantar una y otra vez. Mientras más cante y en la medida en que queme a más gente, sobre todo a gente de cierta importancia y relevancia, los jueces se mostrarán con él más benevolentes y podrán ofrecerle una condena realmente reducida.
Por supuesto que eso hará que aquí en Guatemala muchos se sientan muy preocupados, sobre todo luego de ver que a la familia Hernández de Honduras no le valió de nada el haber aceptado entregar a su país para que sirva a la política contra los migrantes centroamericanos que tiene entre ceja y ceja el Presidente Trump.
Y es que al negociar impunidad por andar almorzando con supuestos narcos que realmente eran agentes de la poderosa agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) no tomaron en cuenta que el Sistema de Justicia allá es diferente. Los fiscales no son como aquí, donde se llega al cargo más alto por espurias y prostituidas negociaciones que anulan el poder pesquisidor que debiera tener la autoridad encargada de la investigación penal. Un almuerzo con supuestos narcos al que asiste la mayor autoridad de un país es, por supuesto, tema de interés para aquellos fiscales que tienen a su cargo temas relacionados con el tráfico de drogas y, a diferencia de lo que ocurre aquí, donde el caso ni siquiera ha provocado el menor interés del MP para iniciar una investigación, allá sí habrá interés por ir al fondo del asunto.
De suerte que debemos entender que aceptar la culpa no es la tapa al pomo del caso de Mario Estrada y que tendrá que cantar cual mariachi para reducir la pena.