Arlena D. Cifuentes Oliva
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Ante la crisis que atraviesa la Iglesia Católica en la actualidad es indispensable que quienes verdaderamente profesamos la Fe católica nos interesemos por lo que está sucediendo, de lo contrario caeremos en la confusión y desinformación por la que es muy fácil dejarse llevar sobre todo porque optamos por todo aquello que nos llega digerido. Y es que, se corre el riesgo de desnaturalizar no únicamente su Misión sino a la Iglesia en sí misma. Lo cual se evidencia por un lado en las decisiones que en los últimos meses ha tomado el sector radical de los obispos alemanes -conformado por 69 miembros de 200- que persigue una transformación en el marco de un “proceso sinodal” que surge con el fin de abordar “tres cuestiones claves”: celibato sacerdotal, enseñanzas de la iglesia sobre la moral sexual y reducción del poder clerical.
El presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Cardenal Reinhard Marx ha manifestado que el proceso sinodal seguirá adelante pese a las instrucciones del Vaticano. Dar la comunión a divorciados en nueva unión como también a protestantes, permitir la ordenación sacerdotal de mujeres, poner fin al celibato obligatorio, el aborto, la ordenación de diaconisas; así como, la bendición de parejas homosexuales son objeto de consideración en el mismo. (Daniel Ibañez, ACI).
El Pontificio Consejo de Textos Legislativos realizó una evaluación canónica que determina que las demandas de los obispos “violan las normas canónicas y, de hecho, buscan modificar normas universales y la doctrina de la iglesia.” (Daniel Ibañez, ACI). Pone de manifiesto que el proceso debe reanimar a la Iglesia. Para que se pueda realizar una nueva actualización exige poner en práctica procesos no cambios repentinos. Propone realizar cambios no adaptarla a lo requerido por un grupo en particular. Así mismo manifiesta que lo propuesto por los obispos alemanes “violan las normas canónicas y, de hecho, buscan modificar normas universales y la doctrina de la Iglesia, también declara que los obispos no están planeando un sínodo sino un concilio de una iglesia particular”. (ACI Prensa).
Ante esta realidad el Santo Padre manifiesta que “los problemas no se resuelven con decisiones antievangélicas precipitadas. No podemos olvidar que hay tensiones y desequilibrios”. “Busquemos la ayuda de Dios. No podemos perder la originalidad y profecía de la Iglesia. La Iglesia universal vive en las iglesias particulares y estas viven de la Iglesia universal. Es necesario mantener la comunión con el cuerpo de la iglesia.” “En esta constancia cada día veo la santidad para seguir adelante. Es la Santidad que protege y resguarda a la Iglesia. Los cambios de normas no son efectivos sino existe un cambio en los fieles. Este comportamiento, la oración, penitencia y adoración nos permiten ser portadores de la bienaventuranza para los pobres, los marginados, es la transformación espiritual la que verdaderamente genera los cambios”.
Por otra parte, en las últimas semanas se ha venido destapando el escándalo financiero que involucra directamente al Vaticano -batiales 3- los manejos “non sanctas” de varios funcionarios de la Secretaría de Estado que tiene su impacto y repercusión en la Iglesia Católica universal.
En relación al Sínodo de la Amazonia el Cardenal Robert Sarah manifiesta que “es abominable y un insulto a Dios usar el Sínodo para introducir planes ideológicos como la ordenación sacerdotal de hombres casados. El objetivo del Sínodo específico afirmó, es la evangelización de la Amazonia. Al momento de escribir estas notas he tenido acceso a un video en el que se observan ídolos indígenas de la Pachamama dentro de una Iglesia Católica en Roma ¿Estamos frente a un fenómeno de sincretismo religioso que tiene la venia del Vaticano?
Indudable es la enorme confusión que reina entre los católicos practicantes. ¡Podemos sostenernos en la Fe con firmeza, pero necesitamos luz en estos momentos de oscuridad!