Danilo Santos
Politólogo
desantos.salazar@gmail.com
La historia de un mercader y un pirata, donde el primero “valiente, poderoso e hijo de Dios” promete a una “comunidad” protegerla del peligroso pirata, es lo más parecido a lo que nos sucede en Guatemala actualmente.
El poderoso mercader logra sus beneficios de una forma distinta que el “sucio y desadaptado bárbaro”, es decir, a través de leyes terrenales y divinas, así se norma lo que la comunidad debe creer, pagar, tolerar, con tal de estar “a salvo”, y últimamente hasta creerse que será salva… La amenaza permanente es que el bandido hará la guerra, es violento y sangriento, díscolo y malévolo, ateo y proclive al zurdeo, abortista y comunista, etc. Sin embargo, la moral del mercader es realmente la moral del personaje que ha creado para dominar la voluntad de las personas. Él es el verdadero malhechor. Cínico y manipulador. Si a alguien le queda duda, comparen el discurso del presidente Morales en la Enade y lo que dicen los mercaderes… Según Jimmy él es ese valiente y poderoso hijo de Dios que ha protegido a la población, de la izquierda y demás inventos; mientras los mercaderes hablan de números y se quejan en la cara de Morales y él no se da cuenta. Al final de la historia, el mercader funciona como “equilibrio” para los “pícaros” y los “lelos”, para que todo siga igual y tener a quien culpar y a quien manipular.
El poder que genera toda esta puesta en escena es descomunal, más ahora en la época del tiempo real, donde el escenario para la manipulación de las masas es perfecto. “Cuidado, cuidado…” amenaza Morales, y la gente se asusta del otro lado del radiotransmisor, la pantalla del televisor, la computadora o el teléfono móvil. En una muestra brutal de desvergüenza, Morales se atreve a dar un repaso por América Latina diciendo que esta “comparte muchas similitudes respecto al estancamiento de las instituciones democráticas que poco a poco se asfixian y sobrepasan a las capacidades de las instituciones que no evolucionan a la velocidad que crecen las demandas ciudadanas”. ¡Pero qué cuero tiene este señor! Pero si el chambón es él, no lo digo yo, lo dice la Enade. El que quedará en la historia guatemalteca y latinoamericana como uno de los gobernantes más fracasados de la historia, es usted. Deje de hablar de los demás y hágase cargo de lo propio. Vea como lo han utilizado y mañana lo dejarán solo.
El pirata de turno ha cumplido su función, amedrentar e inmovilizar a quienes despoja mientras carga las carabelas de otros, es más, ha logrado rebautizar el miedo, esta vez no con la cruz sino con el pez. Las mayorías embrutecidas de culpa nuevamente se arrodillan ante el pirata y el mercader se regocija.
Ni los de la Enade ni Morales están más allá del bien y el mal, así que no les queda bien hablar de polarización sin asumir su responsabilidad.
Para mí está claro: Morales es el pirata y los mercaderes sus dioses.
Se vienen cuatro años en los que lo actuado por este gobierno, el empresariado y la oligarquía tendrá sus consecuencias y los desenlaces hablarán de lo que hemos madurado como sociedad.