Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El matutino Prensa Libre publicó en su portada del jueves 10 de los corrientes lo siguiente: “Competitividad global del país cae 20 puestos en cuatro años” y agregaron en un subtitular: “Criminalidad, corrupción, rezago vial y falta de innovación llevan al país a su nota más baja”.

Y no pude resistir dejarme de preguntar: ¿esa es la realidad que defienden? ¿eso es lo que le agradecen a los que han maniobrado la vuelta al pasado de impunidad? ¿Ese es su gran agradecimiento a la gestión de Jimmy Morales?

Algunos salen a llenarse la boca a hablar de competitividad, de certeza jurídica, que las Cortes afectan la economía, que la lucha contra la corrupción y la impunidad desincentivó la economía y que en Guatemala se estaba afectando la soberanía.

Pero a la vez que se dice lo arriba mencionado, la competitividad global (como lo reporta Prensa Libre) cayó 20 puntos y se atribuye a la criminalidad, la corrupción, el desastre del sistema vial y la falta de innovación.

Dicen que no hay certeza jurídica, pero nunca han criticado el sistema que permite que no se compita en igualdad de condiciones y dicen que las Cortes actúan contra la economía, pero cuando se discutió una reforma al Sector Justicia para atacar los vicios se centraron en uno de los mecanismos para la resolución de conflictos (derecho indígena) y cuando este fue retirado, encontraron otro motivo para torpedearla. Como comentario, entendí las razones por las que agregaron el tema, pero siempre supe que iba a ser la munición perfecta para asegurar su objetivo final de que el sistema no cambiara para asegurar la mayor impunidad posible.

Dicen que la lucha contra la corrupción afectaba la economía, pero -oh sorpresa-, es al revés pues es la misma corrupción uno de los factores que más incide en que no seamos competitivos. Entonces eso plantea la gran evidencia de un doble discurso que se utiliza a conveniencia para intentar volver a la tranquilidad que ofrece controlar el sistema sin mayores interferencias.

La red vial es un gran problema y presentaron una ley y la impulsaron, pero resulta que ahí no valió la enorme cercanía que alguna parte del sector privado ha tenido con el Congreso porque no avanzó. Dios sabrá por qué. De lo que si nunca se dijo nada es del papel de la Contraloría y del Sistema de Rendición de Cuentas. Una cosa es la contratación de la obra pública, pero no podemos dejar por fuera la inoperancia de las economías de escala, de la planificación y de la ejecución inteligente y eficiente de los recursos.

Y se habla de la falta de innovación y claro está porque, aunque hay mentes brillantes en el tema de innovación y esfuerzos en lo privado, pero nunca se generó una política pública de innovación porque el Estado y Morales estaba para ejecutar sus planes y nada más. Para lo más que les dio la maceta era para “prohibir el plástico”. Si la “chispa” y habilidad que tuvieron para asegurar impunidad la hubieran usado para atacar los extremos que nos tienen en la lona de la competitividad, sin duda alguna otro sería el rumbo.

No hay congruencia alguna en aliarse con el Presidente Morales y con algunas otras mafias cuando las evidencias son claras. Tampoco hay congruencia cuando a la búsqueda de la verdad a través de los mecanismos legales se le atribuye la responsabilidad de que las mafias se hayan levantado y, la vez, que caímos 20 puestos en la competitividad durante los últimos cuatro años, siendo un factor de tal caída, la misma corrupción.

Por experiencia puedo decir que en unos no hay voluntad porque siguen ocupados en asegurar un futuro en el que controlen todo y ahora la elección de Cortes los tiene trabajando a marchas forzadas y en otros la incapacidad de ponerse de acuerdo porque se entretienen en pequeñeces. Pero en ambos casos la portada de Prensa Libre da la respuesta: sigamos así y ese seguirá siendo nuestro futuro.

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