Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
No ha sido ningún secreto que una decisión clave de la Corporación de Impunidad fue retomar el control del Ministerio Público (MP) a través de la designación de Consuelo Porras. En su momento, enfriar el tema de la CICIG, no actuar ante las desobediencias a la Corte de Constitucionalidad (CC) y ejecutar las venganzas contra Thelma Aldana, eran los acuerdos prioritarios.
No por gusto usted ve a los títeres de la Corporación de Impunidad, muchos de ellos que quedaron traumados por temas de la infancia y que, además, se tragaron la píldora del tema ideológico, salir a celebrar sus decisiones y eso fue lo que le han tratado de explicar a ella cuando se queja de la percepción ciudadana, de lo que se dice en las redes sociales y de lo que algunos medios y columnistas expresamos en editoriales y columnas de opinión.
Pero el martes en la noche, tras estar en el ojo del huracán por las acusaciones que vertió Dina Benavides quien la acusaba de que su círculo y una operadora de FCN, que luego fue electa por el mismo Congreso como Relatora Contra la Tortura, habían confabulado en su contra y tras declarar que “no sabe” si se investiga la reunión entre Jimmy Morales y Mario Estrada, la Fiscal General le metió un dardo a 82 diputados, pero en especial a Álvaro Arzú Jr., Felipe Alejos y el mismo Presidente Morales.
Sin delegar a nadie en el MP, según se informa, la misma Porras presentó un amparo en contra de lo que resolvió el Congreso y la creación de la Comisión Anti CICIG, porque la Corporación de Impunidad juró que se iba a seguir el guion de la comisión que se formó para investigar y acusar en torno al caso del edificio de la zona 5 pero esta vez están a punto de quedarse con los colochos hechos.
Hay venganzas que deseaban ejecutar los adoradores de impunidad y quienes estaban en la principal mira de ataque son los fiscales del MP que siguen con la labor de la FECI, pero además la ilegal comisión permitía operar el propósito más importante de este Congreso que se resume en elegir a los magistrados que desean dejar como la garantía de máxima impunidad en el país.
En una alianza que ya no es oculta gracias a la conformación de la Corporación de Impunidad, las caras visibles de esta trabajan a todo vapor para desprestigiar a la CC, decir que todo lo que se resolvió de las Cortes es ilegal (que no lo es) y tal es el desespere que alguien publica un tuit y entre ellos se hacen las upas porque cuando se comparten anhelos oscuros, se olvidan de cuidar las formas.
Y digo todo lo anterior, porque el tren le va pasando a Consuelo Porras y ella debe decidir si sigue en el vagón de la impunidad o se pasa al vagón del fortalecimiento del Estado de Derecho. Dentro de este último vagón hay quienes entendemos la necesidad de alcanzar los mínimos sociales, de ponernos de acuerdo en las reformas que necesitamos para que el sistema deje de operar en contra de los que desean hacer bien las cosas y en contra de la economía misma.
Porras se ha postrado del lado equivocado de la historia, pero aún está a tiempo para dejar de servir a los deseos de venganza y dejar de ser esa pieza que les da tranquilidad a los operadores de impunidad: “mientras tengamos el MP, que no cunda el pánico” expresan y por eso agregan: “con el MP en nuestro poder, solo nos faltan las Cortes para tener el clímax soñado”.
Fiscal Porras, abra los ojos pues la están usando. Usted está harta del desgaste con el que, por sus decisiones, ha decidido vivir. Entienda que igual la van vender cuando ya no les sea útil y por querer servir y agradar a un puñado pequeño de poderosas mafias, le está dando la espalda a millones que estamos hartos de esto y que deseamos avanzar para lograr una realidad distinta, donde quepamos todos, libre de las ataduras de impunidad, con opciones para el que actúa bien, donde haya más oportunidades y se cierren las brechas.
Rompa con sus captores, detenga las venganzas que todavía hay un espacio para usted en la historia.