Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com

En Guatemala, cada Gobierno deja peores obras que el anterior. Cada vez la obra es menor y la sobra mayor. El cacareado “Libramiento de Chimaltenango” es una clara muestra de lo anterior.

Nadie pone en duda la necesidad de haber realizado esta obra para dar solución al terrible congestionamiento que ocasionaba pasar por Chimaltenango cualquier día de la semana casi a cualquier hora. Sin embargo, teniendo la gran oportunidad de realizar una obra de alta calidad a un costo competitivo, nuestros gobernantes se dieron a la tarea de contratar a una constructora que en realidad era un reciclaje de otra empresa cuyos dirigentes ya fueron acusados de corrupción. Y realizaron un verdadero mamarracho. A cinco meses de haber sido inaugurado con bombos y platillos, aunque nuestro fatuo Presidente lo niegue y diga que fue a supervisar, el libramiento sufrió un derrumbe que era un simple aviso de lo que vendría a continuación. Tuve la oportunidad de ver de primera mano dicho derrumbe por un viaje que hice a Quetzaltenango en esas fechas y al observar los muros de contención (más bien parece que les pusieron una capa de pintura gris) sin ningún tipo de refuerzo estructural, como electromalla, entiende uno el porqué del derrumbe. Sin embargo, las excusas del Presidente y su torpe Ministro de Comunicaciones, no se hicieron esperar. Llegaron a decir idioteces de tal magnitud, que uno no puede sino preguntarse cómo es que semejante par de mentecatos puede dirigir los destinos de un país. Guatemala, para desgracia nuestra. Según nuestras autoridades, en su “vasto conocimiento” de temas hídricos, estructurales, de drenajes y de suelos, este tipo de derrumbes suceden en todos los países que tienen carreteras donde existe topografía montañosa.

Por supuesto, menos de quince días después de tan necias declaraciones, un derrumbe de mucho mayores proporciones obligó a nuestras “expertas” autoridades a cerrar por varios días el mentado libramiento para supuestamente reparar los daños, indicando que dichas reparaciones “no deberían costar un centavo a los guatemaltecos porque la obra cuenta con garantía y la constructora correrá con dichos gastos”. También declararon que no esperaban que los suelos estuvieran tan saturados de agua. ¿En qué país vivirán Morales y Benito, para no entender que a finales de septiembre es normal que nuestros suelos estén saturados de agua debido a las cada vez más cuantiosas lluvias del invierno y que al planificar cualquier obra civil, se debe tomar en cuenta dicha saturación de suelos? Sus asesores, si tienen, deberían indicarles a nuestros petulantes funcionarios que salir en fotos con chalecos fluorescentes, anteojos oscuros y cascos, no los hace expertos en una materia. Y que, si no conocen sobre un tema, es mejor que digan que no saben y que lo consultarán con expertos en dicho tema. Es mejor respuesta que gimotear que la prensa está en su contra.

Yo no sé usted, estimado lector, pero yo ya estoy harto de tanta corrupción en mi país. Estoy harto de que nuestras autoridades, quienes reciben un sueldo producto de los impuestos que usted y yo pagamos, cada vez son más descaradas, cínicas y sinvergüenzas en su actuar. Y que cada obra que hacen queda peor que la anterior.

Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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