Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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La semana pasada el gobierno de Jimmy Morales emitió el acuerdo gubernativo 189-2019, el cual prohíbe la utilización de utensilios plásticos como bolsas de polietileno de un solo uso, pajillas, platos, vasos, mezcladores, agitadores y recipientes para almacenamiento y traslado de alimentos.

La iniciativa, además de ser inviable y que tendrá un impacto económico en el sector manufacturero, no forma parte de una gestión integral de residuos sólidos (que incluyen a los materiales plásticos de un solo uso) que son utilizados por el ser humano desde su generación hasta su disposición final. Sin embargo, la misma se da en el marco de las actividades del 74 aniversario de la ONU para que nuestro fatuo presidente pueda ufanarse ante el mundo de ser pionero y líder en materia ambiental, aunque todos sabemos que no lo es ni por asomo.

Si uno investiga un poquito en materia de manejo de residuos sólidos, se dará cuenta que un acuerdo gubernativo aislado (o las biobardas, que nuestro Presidente de forma pretenciosa intenta atribuir a su gobierno) no son la solución a los problemas ambientales de nuestro país, ya que estas acciones se deben enmarcar dentro de un modelo integral de gestión de residuos sólidos, que involucra y articula a actores sociales como los usuarios de los productos, el sector privado formal e informal, las municipalidades y ministerios involucrados con el medio ambiente (en nuestro caso MSPAS, Mineco, MAGA, MARN, entre otros), los colegios, institutos técnicos y universidades, junto con los factores externos que incluyen el marco jurídico, financiero, económico, técnico y ambiental del país, con la generación y separación, recolección, transferencia y transporte, tratamiento, reciclaje y disposición final de los desechos sólidos, que incluyen a los productos plásticos de un solo uso. Aunque en el 2016 se presentó la Política Nacional para la Gestión Integral de Residuos y Desechos Sólidos bajo el acuerdo gubernativo 281-2015, la misma es más bien una declaración de buenas intenciones muy general, y no un documento que dé la hoja de ruta con acciones específicas encaminadas a resolver de fondo el problema que causa la falta de un manejo adecuado de desechos sólidos en Guatemala.

El problema es muy serio. Sólo en la ciudad de Guatemala, se generan 300 mil toneladas anuales de desechos sólidos (únicamente lo contabilizado en el vertedero de la zona 3, no se toma en cuenta lo que queda en la calle o va a dar al sistema de drenajes). Tu Muni ni siquiera ha logrado implementar un sistema eficiente de recolección de basura donde la misma se recoja de forma mecanizada por medio de vehículos especiales; la basura se recolecta exactamente igual que en la década de los 70 del siglo pasado. Los edificios, cuyas licencias de construcción son autorizadas por Tu Muni, tampoco cuentan con sistemas de separación de basura para que la misma se separe desde donde se desecha y no en el destino. Y de esta forma podemos seguir enumerando todas las falencias que evidencian falta de conocimiento sobre el tema, que derivan en una pésima planificación de nuestras autoridades en la gestión de los residuos sólidos en nuestro país.

 

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