David Barrientos
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Sin duda alguna el manejo de los plásticos de un solo uso necesita de una gestión consciente, debiendo comenzar con el fortalecimiento de las instituciones responsables de regular dicho tema, no de prohibirlo, incentivando alternativas para crear una cultura ambiental, pues cabe recordar que la “cultura” devora a las estrategias, no digamos a los acuerdos de gobierno.
Como parte de la estrategia de regulación, implementación y gestión de los desechos plásticos, la autoridad correspondiente debiera estar en condiciones de convencer a los guatemaltecos que las mismas son de carácter seguro, pues el uso de los productos biodegradables según expertos en el tema, puede ser muy peligroso por el hecho que el plástico no desaparece solo se transforma en partículas más pequeñas y en un país con sistemas de disposición final deficientes, estas partículas facialmente llegan a los ríos y océanos, por consiguiente a disposición de consumo animal o humano, pero al final contaminantes. El tema es de tal importancia que no es necesario ver un animal marino con un plástico incrustado en el cuerpo para asir conciencia y contribuir en la toma de acciones estratégicas, ojo, el plástico producido por los biodegradables no lo vemos y posiblemente lo consumimos con efectos altamente nocivos para la salud.
El uso y administración de los desechos plásticos es un tema para no dejarlo a la deriva, las alternativas de su gestión debiesen pasar por la transformación de esos desechos, el reciclaje, como ya sucede en alguna incipiente industria de los plásticos en Guatemala, no todo se resuelve con prohibiciones; la regulación y la gestión estratégica impulsa la creación de una cultura del uso de los plásticos.
Bien por atender el tema a las autoridades correspondientes, sin embargo, todas las regulaciones deben sustentarse en experiencias globales y sostenerse en normas conocidas, seguramente dos años para tal implementación pueda ser un período muy ambicioso o precipitado, además la emisión del acuerdo se da cuando ya se termina un período de gobierno, poniendo en riesgo su implementación. La importancia de este acuerdo es poner en la mesa de discusión el tema, sin duda todo es perfectible, no se ha dicho la última palabra, aún se está creando un escenario para implementar un manejo integral de los desechos en el país, y que va más allá de los plásticos, el tema es de una magnitud mayor, donde la integralidad pasa por la educación para tener en un mediano plazo un impacto positivo.
La creatividad de los guatemaltecos debe ponerse de manifiesto y empezar a ver alternativas de empaque, resguardo, presentación de productos, etc. utilizando otros materiales degradables, porque la sola prohibición no solo no resuelve el problema ambiental, lo puede exacerbar. Así que a ser creativos y a convertir este problema en oportunidades dentro de las cuales puede estar el reciclaje y las tasas impositivas por el uso de estos y así los que fuman fumaran en pipas, las bebidas se tomaran en envases de cartón, las bolsas y pajillas pueden ser de papel, los agitadores de madera, y cuando esto se haga habremos creado una cultura diferente.