Juan Antonio Mazariegos G.
Las protestas populares que iniciaron hace cien días y que originalmente se formularon en contra de la denominada Ley de Extradición, un polémico decreto del Parlamento de la Región Administrativa Especial de Hong Kong al que muchos hongkoneses ven como un intento de integrar un poco más a Hong Kong en la órbita de la China continental y diluir el sistema de democracia y libertades que la excolonia británica tiene prometido hasta 2047, han convocado lo que se consideran las manifestaciones más grandes jamás registradas en ese territorio.
Si de algo conoce China es de paciencia, el Gobierno de un eterno único partido y la dictadura más poderosa del mundo ha venido cerrando el cerco alrededor de la región, los cincuenta años de “un país, dos sistemas” que es como se conoció al resultado del tratado firmado entre Gran Bretaña y China Continental, prometían un sistema de vida como el de una democracia occidental para la Región a cambio de la devolución del territorio de la excolonia británica a China. A partir de la firma del tratado, la migración de chinos continentales hacia Hong Kong se ha venido incrementando y hoy algunas fuentes estiman que de los 7.5 millones de habitantes de Hong Kong un 20% ya son chinos llegados a partir de las migraciones de los años 90.
Es muy poco probable que los sueños de la juventud de Hong Kong de alcanzar la Independencia algún día se materialicen, para China es una cuestión de orgullo nacional, sin duda solo superada por su afán por la unificación con Taiwán. Más de 150 años de protectorado británico convirtieron el territorio en una anomalía de Asia, esa anomalía no gusta a China y hará todo lo necesario para que hoy, mañana o en el 2047 cuando venzan los cincuenta años del tratado que creó un país dos sistemas vuelva a lo que ellos consideran la normalidad.
La situación en Hong Kong es sumamente difícil, con una densidad de 6.736 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las más altas del mundo, el territorio es un polvorín, una megaciudad, centro financiero mundial y puerta de entrada a China Continental, lo que allí suceda en los próximos meses a mi juicio no detendrá lo inevitable, China terminará consolidando su soberanía y corrigiendo la anomalía que la historia le impuso. Las libertades por las que protestan y se enfrentan a la policía los hongkoneses es lógica, aprendieron a vivir en libertad y desean vivir en libertad que difícil será lograrlo.