Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Tras la presentación del caso de Cooptación del Estado, algunos guatemaltecos pegaron el grito al cielo e intentaron maniobrar para que las investigaciones no fueran más allá de ese caso y al ver que sus esfuerzos no tuvieron el éxito necesario, iniciaron un plan que pasó por explotar los miedos de Jimmy Morales, la declaratoria de non grato, el Día Infame (13 de septiembre del 2017), mover la Embajada de Israel, no renovar mandato de CICIG, prohibir el regreso de Iván Velásquez, desobecer a la Corte de Constitucionalidad (CC), elegir a Consuelo Porras, modificar el delito de financiamiento electoral, atacar magistrados de la CC, expulsar a la Comisión y el reciente fin de mandato del ente internacional.
Pero todo lo anterior, necesitaba una culminación que ofreciera garantías por los próximos cinco años y por eso es que la Corporación de Impunidad puso a trabajar a todos sus accionistas y operadores para lograr que la Comisiones de Postulación para la elección de magistrados de Salas de Apelaciones (SdA) y Corte Suprema de Justicia (CSJ) lograran sus objetivos.
En el tema de la elecciones de SdA, lo que plantearon es que al menos necesitaban asegurarse que en cada sala hubiera al menos dos de los 3 magistrados que fueran aliados de la Corporación de Impunidad, ya sea porque sean parte de ella o porque han acumulado lo suficiente para poder ser “presionados” o “chantajeados” por las mafias paralelas.
“Con eso, sí podemos asegurar que nunca más perderemos el control” expresaban muchos de los que habían estado operando para conseguir el objetivo y por eso es que lo resuelto ayer por la CC es un espaldarazo para aquellos que creemos que el futuro de Guatemala pasa por fortalecer nuestro maltrecho Estado de Derecho y no por aniquilarlo de una vez por todas.
La CC ordenó repetir la elección de magistrados de sala que iban a representar a estos en la comisión de CSJ porque la misma estaba más amañada que aquellos juegos del Calcio que le valieron a la Juve descender de categoría. Es de recordar que, según una publicación de Prensa Libre, tales magistrados regresaron de un viaje a Nicaragua en donde está refugiado Gustavo Herrera.
Pero el caso más grave y que aplica a ambas postuladoras, es la ausencia de un reglamento del Consejo de la Carrera Judicial para evaluar a jueces y magistrados. Ahora la CC ha ordenado que se deben hacer esas evaluaciones, pero primero deben terminar el reglamento (dicen que ya lo tienen) y luego publicarlo.
Si el reglamento no adolece de vicios o ilegalidades, surgirá a la vida jurídica y dará paso para que el Consejo de la Carrera Judicial inicie con las evaluaciones, pero el gran problema para las mafias es que tal Consejo no tiene personal para sacar esas evaluaciones, no las pueden hacer a la carrera porque la misma CC le dio facultades a las comisiones de postulación para hacer requerimientos.
El Consejo debe: remitir a la Comisión de Postulación que corresponda la nómina de aspirantes, expedientes completos en copia certificada y copia digital y las evaluaciones de desempeño efectuadas.”. Las negrillas son mías.
Además, establece que “la Comisión de Postulación cuestionada, luego de recibir los documentos relacionados con anterioridad, podrá́ requerir para completar los expedientes todo aquello que estime estrictamente necesario para proceder a la evaluación respectiva.”. Es decir, las comisiones podrán no topar las huisachadas que seguro las mafias desearán hacer para “acelerar el proceso”.
Por último, la CC ordenó hacer una revisión de la ponderación, es decir, no hay carta libre y para que no haya duda, apercibe que “no se podrá continuar con el proceso de elaboración de nóminas de candidatos, en tanto no se observe lo ordenado en este fallo. Lo anterior, con apercibimiento de que, en caso de incumplimiento, incurrirán en las responsabilidades civiles y penales que prevé la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad”.
Las mafias saben pelear y sin duda no todo está escrito, pero sufrieron un revés que puede cambiar un poco la historia, pero para ello debemos reconocer la labor de quienes alertaron de los vicios, de los pocos postuladores que intentaron resistir a la mafia, de los magistrados que otorgaron los amparos y la necesidad que como sociedad no abandonemos este proceso porque de esto depende, literalmente, el futuro económico, político y legal del país.