Marco Trejo
El aprovechamiento de los distribuidores de gasolina en Guatemala, es exorbitante, todos los días ve uno en las gasolineras que el precio sube y nunca baja, aun cuando el precio del dólar se mantenga estable y que no exista justificación alguna para las alzas.
La mayoría de veces vemos a los gasolineros decir que el precio del carburante subió en el mercado internacional, con lo cual justifican que compraron buque con precio alto, pero cuando el precio de los carburantes desciende, como es en esta ocasión, no vemos reflejado estos precios en las bombas de los expendios.
Según datos de la Global Petrol Prices el promedio del galón de gasolina (09 de septiembre de 2019), en todo el mundo es de US$1.10, que hace un total de Q8.30 pero a esto hay que sumarle los Q4.70 que van para el fondo del gobierno para darle mantenimiento a las carreteras, lo cual no hace en ningún momento. La venta mensual de combustibles es de alrededor 90 millones de galones.
Por aquí si sumamos vamos por los Q13 que si sumamos los Q1.80 del Impuesto del Valor Agregado (IVA), se llega a los Q15 por precio del galón, por lo que queda una diferencia de Q9 que se va entre descargas en puerto, transporte y mantenimiento y porcentaje de ganancia del expendedor.
Esto hace que a las arcas del Estado entren alrededor de Q415 millones cada 30 días, solamente por este concepto, que si le sumamos los Q1.60 del Impuesto al Valor Agregado (IVA), es otro rubro que engrosa la billetera del Estado por la venta del combustible.
Mensualmente este impuesto denominado Impuesto a la distribución Derivados del Petróleo (IDP), sobre pasa los Q5 mil millones anualmente que bien alcanzaría para mantener en buen estado la red vial, pero como todos los funcionarios hacen “chinchilete” lo desvían para sus aviesos intereses, lo cual constituye delito y el Ministerio Público (MP), debería de actuar para poner un precedente.
Muchos gasolineros justifican los precios elevados en Guatemala, al decir que tenemos las gasolinas más baratas en Centroamérica, pero esa no debería de importar y deberían de sentirse satisfechos con el dinero que se meten a los bolsillos, porque nunca he visto a un gasolinero o algún integrante de su familia con un vehículo viejo, si no que todo lo contrario se transportan en camionetas agrícolas último modelo.
Lo deleznable en este caso es que el Gobierno se lleva la mejor tajada en la venta de los carburantes, porque los gasolineros tienen que sacar de sus ganancias el mantenimiento y los puestos de trabajo del expendio, lo cual hace que los salarios sean bajos y precarios, cuando los trabajadores, en algunos casos, trabajan turnos nocturnos por una remuneración baja.
Estas cifras nos permiten decir que en Guatemala ninguna carretera debería de tener un bache, es un dineral el que recibe el Ministerio de Comunicaciones por el impuesto de los combustibles, por lo que es una vergüenza que tengamos las carreteras que circulamos, donde no pasa un kilómetro sin que usted se vaya en un hoyo, lo cual provoca un deterioro a la carga vehicular y el encarecimiento de los productos, porque del combustible depende el valor de nuestra canasta familiar.
Ahora le corresponde al recién electo presidente constitucional, Alejandro Giammattei, corregir esta situación, no es posible que paguemos un dineral en impuestos por la venta de carburantes y nuestras carreteras sigan presentando un deterioro como el que tenemos en este momento. Este es otro de los tantos problemas que tendrá que corregir el doctor Giammattei a partir del 14 de enero de 2020.