Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

No toda la derecha es igual, ya que hay empresarios y personas ricas que, en vez de explotar, piensan en el interés de la mayoría de la población y utilizan sus fortunas para hacer el bien. Hay sectores, sin embargo, que son absolutamente irresponsables e insolentes y gozan y hacen alarde de su impunidad. Vemos a personajes como Trump, quien genera innecesarias “guerras comerciales” y está dispuesto a lanzarse a guerras reales para demostrar la supuesta supremacía de Estados Unidos. Es, además, insolente y denigra todas las causas buenas que la Humanidad ha avanzado, particularmente las de los derechos de mujeres y niños, cuando llegan del Sur. Hay burdas imitaciones, tal el caso de Bolsonaro en Brasil, quien ha permitido que la Amazonia sea explotada sin control alguno y se estén produciendo tantos daños que se han generalizado los incendios. Ante las obligadas críticas de los dirigentes de países que están en contra de la destrucción del medio ambiente, Bolsonaro ha respondido con estupidez e insolencia, llegando al insulto personal del primer ministro francés y su esposa. Más recientemente, tratando de agradar a Piñera, quien lo defendió en la reunión del G7, Bolsonaro ha atacado también a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, de manera prepotente y totalmente incoherente. Estos exponentes de la derecha irresponsable e insensata, que por ahora gozan de impunidad, se sienten empoderados para hacer y decir lo que les viene en gana. Denunciarlos y enfrentarlos es nuestro deber.

Algo parecido se ha venido dando en Guatemala, en donde finqueros, empresarios explotadores y narcotraficantes han venido diezmando las selvas de Petén y otras regiones, para proceder a sus negocios, lícitos e ilícitos. Grandes zonas han sido quemadas intencionalmente –para permitir la propagación de los “nuevos productos”- y ante el cambio ecológico que se ha generado, se han producido grandes incendios. Esta derecha irresponsable, insolente e impune, no se ha contentado con convertir a El Petén en fuente de riqueza personal, sino que se ha lanzado, vorazmente, a apoderarse de tierras, territorios y recursos de poblaciones indígenas y mestizos pobres en esas y otras regiones. Es ésta la médula de la ingobernabilidad de Izabal y zonas aledañas, en donde las y los campesinos se resisten a ser despojados de lo poco que les va quedando. Las capas medias no pueden quedar indiferentes ante esta situación –una guerra civil, como la que se avizora, también las devoraría- y deben ponerse en contra de quienes han manejado al Estado a su antojo, a base de corrupción y “estados de sitio”, para que se les ayude al despojo de los sectores pobres. Lo han hecho en nombre del llamado “desarrollo”, que concentra una indecente y voluminosa riqueza en pocas manos y aumenta la pobreza en el país. Enfrentemos a la Cámara del Agro, reducto de ladrones y explotadores, y al CACIF, que lava en sus bancos y empresas los capitales sucios del crimen organizado y los capitales sangrientos de la explotación rural. Para evitar otro conflicto armado interno, detengamos ya los abusos de los “poderosos”.

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