Cartas del Lector

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Por KELSEY SHEEHY de NerdWallet undefined

Las hojas de cálculos y los planes de ahorro no son sexy. Pero el manejo del dinero es vital en toda relación de pareja. Y la forma en que se lidia –o no– con ello puede incidir en la duración de esa relación.

“Es importante tener la misma visión para que un matrimonio sea feliz y duradero”, afirmó Marie O’Keefe, asesora financiera de Northwestern Mutual.

Esas no son palabras sueltas. Un 82% de las parejas comprometidas o recién casadas dicen que se sienten más cerca cuando están de acuerdo en torno a temas económicos, según un estudio de Northwestern Mutual y The Knot.

El mismo estudio, sin embargo, señaló que solo un 37% de las parejas admitió que habla de sus finanzas todos los meses. Si usted no lo hace, sería recomendable que programase una charla sobre el dinero.

“Soy un firme creyente en las ‘cumbres financieras’ de las parejas, sobre todo cuando empiezan a vivir juntas o se comprometen, pues en ese momento sus vidas empiezan a fusionarse”, dijo O’Keefe.

Si una pareja comienza a convivir, deben abordar cuestiones de la vida diaria como crear un presupuesto y fijar responsabilidades financieras. Hay que fijarse metas financieras y decidir hasta qué punto pueden endeudarse, cuánto ahorrar para comprar una vivienda, planificar el futuro, incluidas la jubilación, las vacaciones y la llegada de hijos.

La primera charla de este tipo puede ser aburrida, porque hay que abordar muchos temas y tal vez revelar algunas cosas que tenían guardadas. Pero cuando le toman la mano, las conversaciones son más fáciles.

Algunas recomendaciones para estas charlas:

PROGRÁMELA

No tome por sorpresa a su pareja planteando un tema económico importante. Programe una charla, así ambos están preparados mentalmente.

Estas charlas deben durar horas. Marla Mattenson, experta en relaciones de pareja, habla durante 15 minutos con su pareja todos los viernes, aunque dice que algunos temas merecen conversaciones más largas.

Si surgen diferencias sobre algún tema específico, dense tiempo para analizar las cosas.

Mátenos recomienda dejar pasar un rato y despejar la mente después de una charla intensa sobre finanzas antes de ir a una cena con amigos, por ejemplo.

“Tras una de estas conversaciones, puede que una persona sienta la necesidad de lidiar con ciertos sentimientos”, dice la experta. “Asegúrese de que tiene tiempo para pensar en ello o para hablar de eso con su pareja”.

PREPARE UNA AGENDA

Si la charla está estructurada, las cosas serán más fáciles. A Mettenson le gusta el enfoque “rosa, capullo, espina, tierra”.

–Rosa: Empiece con las cosas que marchan bien. ¿Se apegaron al presupuesto o ahorraron lo que se propusieron? ¡Festéjenlo!

–Capullo: Considere los asuntos nuevos que puedan haber surgido. ¿Desea un cachorrito? ¿Necesita un auto nuevo? ¿Tiene que pagar una cuenta grande por un tratamiento médico? Este es el momento de resolver eso.

–Espina: Hablen abierta y honestamente sobre los obstáculos que complican el logro de los objetivos planteados.

–Tierra: Los planes a largo plazo. Los objetivos para el futuro y lo que hay que hacer para cumplirlos.

No se pase de la hora fijada. Es mejor postergar alguna decisión que seguir hablando por horas, cansándose y frustrándose cada vez más.

“No van a resolver todo en la primera charla, la tercera o tal vez la décima”, dice O’Keefe. “Escriba los temas que quedan pendientes y abórdelos en las futuras charlas. En cada conversación planifique lo que va a hacer en torno a esos temas”.

CREE UN CLIMA ADECUADO

Apaguen los teléfonos y la televisión. Pongan música. Sírvanse un trago. Siéntense cerca el uno del otro y empiecen a hablar.

“Hay que generar buenas ondas”, dice Mattenson. “Al sentarse cerca, es como si los dos estuviesen trabajando juntos para resolver algo y no enfrentados”.

Sean honestos y no juzguen al otro. Tengan cuidado cuando surgen tensiones. Si se caldea el ambiente, tómense un respiro. Admitan que hay tensiones, relájense (un abrazo puede tener resultados maravillosos, según Mattenson) y reanuden la charla.

“Si la conversación se torna negativa, hagan una pausa y reanuden una charla amistosa”, recomienda Mattenson. “Recuerden que lo más importante es la relación y que están en esto juntos”.

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