Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

post author

Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

La trágica muerte de tres soldados del Ejército y la forma en la que fueron encontrados sus cadáveres, es un tremendo golpe para el país en general y de forma puntual para sus familiares que les sobreviven, a los que ojalá Dios y la justicia les permitan seguir avanzando en el camino de la vida.

En Guatemala hemos caído en la desvalorización de la vida y dependiendo el pensamiento de cada quien, así se magnifican o minimizan los hechos. Hay quienes lamentan el fallecimiento de fuerzas de seguridad, pero no lamentan la muerte de campesinos y hay quienes lamentan la de los últimos y no se inmutan por las de los primeros, pero en realidad en ambos casos estamos hablando de seres humanos con familias, sueños y necesidades que cohabitamos en un país.

Son considerables las dudas que persisten alrededor de los hechos. En horas de la tarde del martes, el Ejército confirmó que temían muertes y dijo que tenían que ver con el narcotráfico. En horas de la noche confirmó los decesos y luego señaló que los narcotraficantes habían usado como escudos humanos a los miembros de la comunidad.

Llegaban mensajes de los dueños de tierras cercanas culpando a los pobladores, pero sin ofrecer pruebas de sustento y los comunitarios empezaban a intentar refutar las versiones del Ejército y la relación con los narcotraficantes, pero tampoco ofrecían nada concreto y con sustento.

Los miembros de la comunidad, tras la declaratoria del Estado de Sitio, argumentaban que se habían sentido intimidados, que al encarar a los soldados estos también se sintieron abrumados y que estos habrían abierto fuego en contra de al menos cinco personas, pero al día de hoy no sabemos de las víctimas, no hemos visto sus fotos, ni sabemos su nombre y ubicación. Según alguna información que circula, admiten, haber matado a los soldados con las armas de los mismos militares, pero refutan su alianza al narco.

Jimmy Morales en conferencia de prensa acusa a “pseudodefensores de Derechos Humanos”, los relaciona con el narcotráfico y dice que todo se activó por un avión que cayó en Champerico. Pero, ese avión lo reportó el Ejército el lunes a las 5 de la mañana a través de su cuenta de Twitter, entonces queda la enorme duda de qué hacían, un día y medio después, buscando un avión ya reportado como caído.

En todo esto debe llegarse hasta el fondo, el Ministerio Público (MP) debe investigar y dar conclusiones. Me extraña que Morales ya saltó a conclusiones, tiene toda la foto completa y no necesita una investigación del MP, ¿serán los anuncios de cómo operarán las cosas en los tiempos que vienen?

Ya dije en el primer párrafo que ninguna muerte (sea de campesino o militar) debe quedar impune y me llamó la atención la manera en la que Morales encaró el tema ayer y es que, no puede uno dejar de recordarse del famoso almuerzo de la gallina con loroco al ver que Morales no muestra “tanta” energía contra los narcotraficantes como lo hace con quienes, dice él, se aliaron con ellos.

El Estado de Sitio debe ser seguido con lupa para evitar más ilegalidades y que el dinero se gaste a manos llenas, sin control y termine fungiendo “como bono”, esos que le gustan al gobernante de Guatemala.

Hay enormes dudas que deben disiparse porque ya debemos dejar atrás esa cultura de la muerte. Sean pobladores, sean militares, sean ladinos o indígenas, una vida es una vida y por eso urgen reformas que detengan lo que vivimos y nos permitan cambiar la realidad.

Artículo anterior¡Le salió el cobre!
Artículo siguienteAhora habrá que controlar a ciertos médicos