Roberto Arías

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Nació en la ciudad de Guatemala el 5 de mayo de 1942. Especializado en asesoría en comunicación, con especialización en medio ambiente. Estudió Comunicación en la Universidad de San Carlos de Guatemala y posee un postgrado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO, así como un postgrado en Forestería y Medio Ambiente de la Universidad de Auburn, Alabama, EEUU. Ha conducido programas de radio y televisión, entrevistando a personalidades nacionales e internacionales.

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Roberto Arias

Desde que Jair Bolsonaro estaba en campaña presidencial, pudimos notar que el fulano es una persona que tiene una obsesión absoluta por el dinero, es decir padece de Crematomanía. La enciclopedia nos dice que el excesivo apego a las riquezas tiene un nombre en psicología médica, crematomanía o deseo obsesivo por acumular dinero y riquezas. Este tipo de individuos debido a su perfil son capaces de llegar a anteponer prácticamente todo a la idea de poseer riquezas. La familia, amistades, entorno social y demás, quedan en un segundo plano.

Sabíamos perfectamente que Jair Bolsonaro le entraría fuerte a la explotación y degradación del Mato Grosso pero, personalmente jamás imaginé que con sus amigos ganaderos, madereros, mineros y etcétera, llegarían a crear de la manera más estúpida e irresponsable, 175 mil focos de fuego en toda la Amazonía al día de escribir esta nota, sábado 24 de agosto de 2019. Dentro de otros miles de problemas concomitantes, el río Amazonas es el de mayor caudal en el mundo: su caudal medio es de 225 mil metros cúbicos de agua por segundo y, seguramente sus afluentes disminuirán muy considerablemente.

Pocas personas se han pronunciado sobre la verdadera pérdida que representa el bioma de la mayor selva del planeta en cuanto a biodiversidad que contiene insumos y microorganismos aún desconocidos que servirían para paliar muchas enfermedades que están latentes. Hubo asombrosos descubrimientos en la Amazonía: Se encontraron nuevas especies cada tres días. En la década entre 1999 y 2009, se descubrieron más de 1 mil 300 nuevas especies entre plantas y vertebrados en la bioma amazónica -promedio de una nueva especie cada tres días-, desde una rana de anillos rosados del tamaño de una moneda hasta una anaconda de 4 metros de largo. Esto confirmó a la Amazonía como uno de los lugares con mayor diversidad en el planeta, según un reporte de WWF.

Los científicos creen que menos del 1% de las especies de las especies de plantas amazónicas han sido estudiadas en detalle para conocer su potencial medicinal, pero ahora se reduce drásticamente su potencial de plantas y animales aún no descubiertos. La biomasa de la tan agredida Amazonía será agotada a niveles peligrosos para el ecosistema terrestre y, naturalmente, tomará muchísimos años para que se recupere, si es que le permiten su recuperación.

Desafortunadamente debo concluir afirmando que fue el amor al Capital -dinero- lo que realizó esta estúpida destrucción de nivel global, que conlleva desastres que se derivarán de esta catástrofe y que aún no se pueden cuantificar. Más de 30 millones de personas que vivían en la Amazonía dependían de sus recursos y servicios, así como muchos millones que vivimos en toda la América y Europa, también dependíamos bastante de su lejana o cercana influencia climática.

Bolsonaro y sus amigos deberían desaparecer rápido de la faz de la Tierra. Al igual que a crematómanos guatemaltecos, los enterrarán sin un quinto entre el ataúd y allí se pudrirán.

La estupidez humana no tiene parangón.

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