Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) es, oficialmente, historia y eso es tan real como que el nuestro es un Estado Capturado que ha sido desvirtuado a propósito para que todos aquellos que deseen meter las manos se puedan asegurar los beneficios que ofrecen la corrupción y la impunidad que funcionan como una mancuerna perfecta.
En una sociedad todos debemos jugar nuestro papel y las instituciones tienen un rol dentro del Estado de Derecho, la política y la misma economía porque del buen funcionamiento de tales elementos y de las instituciones, depende la adecuada marcha de un país que necesita generar las condiciones para que el esfuerzo de la gente se traduzca en creación de riqueza y un aumento de valor que nos permita generar, crecer y cerrar brechas para que ya no dejemos a tanta gente atrás.
Hay países en vías de desarrollo que han entendido la necesidad de fortalecer el Estado de Derecho, solidificar la funcionalidad de las instituciones y por tanto, se están dando el lujo de tener un crecimiento económico fuerte como lo es el caso de la India, con un 6.8% en el 2018, esperando cerrar en 7% en el 2019 y con 7.2% en el 2020.
El promedio del crecimiento de las economías emergentes fue, en el 2018, de 4.5%, se espera que en el 2019 sea de 4.1% y en el 2020 de 4.7% siendo algo distante del crecimiento de nuestra economía que se espera para el 2019 que es de 3.4%. Podemos decir que estamos en números positivos y por encima del 3.2% mundial que se espera para el 2019, pero por el tamaño de nuestras brechas necesitaríamos poder estar al ritmo de un país como India.
El martes la diputada Nineth Montenegro dio a conocer los rubros con nula ejecución dentro del Presupuesto de la Nación y da tanta rabia ver que muchos programas que podían y deberían incidir en el desarrollo humano de nuestra gente (como remozamiento y dotación de tecnología de escuelas y centros primarios de salud) quedan en cero porque no encuentran la manera que sea mucha la sobra y muy poca obra.
Y viendo los resultados del último informe de la CICIG, yo me pregunto cómo es que la gente (incluso los que están bravos y jurando venganzas o pavimentando su futuro con impunidad) pueden convivir con un Estado que está en precarias condiciones y al que, por tanto, le cuesta dar los pasos correctos y generar las condiciones adecuadas para lograr un crecimiento económico más integral.
Un Estado Capturado, un Sistema de Justicia secuestrado, un sistema de adjudicaciones amañado y un sistema de rendición de cuentas anulado son elementos que atentan directamente contra el desarrollo económico de un país y el desarrollo integral de sus mismos habitantes.
En un Estado desvirtuado el que desea hacer las cosas bien se la ve a palitos mientras el que está dispuesto a atravesar por las avenidas paralelas del mal lleva las de ganar porque aún y cuando sabe que su camino no es sostenible ni construye o agrega valor, está consciente que ofrece los incentivos de corto y mediano plazo para mantener en cautiverio a un sistema que tiene enormes problemas y vicios desde sus propias raíces.
Ante las evidencias de la realidad que son puestas en el plano económico y enfocadas desde la misma perspectiva, ni el más radical de los radicales ni el más loro de los loros puede tapar el sol con un dedo, porque los número están a la vista, los dramas a la orden del día y el hartazgo de la gente llegando a niveles preocupantes, tal y como se vio en las últimas elecciones.
Liberar al Estado de sus captores es, al final de las 500, allanar la ruta para tener un sostenido, integral y acelerado crecimiento económico.