Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Ayer el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart dijo a los medios de prensa que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump realizó las amenazas de establecer aranceles a las exportaciones de Guatemala e impuestos a las remesas que envían los nuestros, porque algunos guatemaltecos interpusieron un amparo en contra de los “caritativos” ofrecimientos que el gobierno de Jimmy Morales le hizo a Trump, luego del almuerzo con Mario Estrada y la famosa gallina con loroco en crema.

Tan se dieron cuenta que son amenazas (algo prohibido para lograr un acuerdo) y que lo usan para el tema electoral, que los demócratas se dejaron venir y no se reunieron con Morales porque saben que él, por sus pecados, es un instrumento de la Casa Blanca para la campaña. El domingo el mandatario chapín reconoció que no le pidieron cita y que además ellos pelean con su “gran amigo” Donald Trump.

Este acuerdo no puede seguir siendo objeto de secretos, amenazas y la entrega del territorio a cambio de migajas, pensando nuestras autoridades que con eso evitan una situación como la de Juan Orlando Hernández que, si se dan cuenta, tiene el mismo discurso de Jimmy Morales en que son aliados contra el narcotráfico y que se llevan de perlas con los Estados Unidos.

Sin duda alguna, a nuestras autoridades les retumban en la cabeza los nombres de Michael Cohen, Paul Manafort , Michael Flynn y Anthony Scaramucci puesto que fueron fieles sirvientes de Trump pero cuando necesitó los tiró debajo del bus al punto que ellos se voltearon en su contra porque se sintieron los tontos útiles.

He expresado en el pasado que un acuerdo, bien negociado, puede tener beneficios para Guatemala y su gente, pero para eso necesitamos vender “caro” ofrecer ser un “País Seguro” puesto que necesitamos a cambio un TPS para los nuestros, al menos 100 o 150 mil visas temporales por año, la reactivación de la ayuda, el 100% del pago de los costos que genere ser un “País Seguro” y la entrega de todo equipo, inteligencia y logística para combatir el narco y el tráfico de personas.

Pero como la intención de los nuestros era evitar estar como Juan Orlando Hernández y Roxana Baldetti, están haciendo micos y pericos queriéndonos vender como que esto es “histórico” y que nos dejan un enorme legado, cuando lo histórico es que un Presidente en funciones haya almorzado en la casa de alguien señalado de narcotraficante y el legado que nos dejarán, en las condiciones negociadas (que se saben), es una enorme crisis humanitaria porque si no podemos con los nuestros menos podremos con terceros.

Ya hay nuevo Gobierno electo y por eso la decisión no puede ser solo de Morales y de este Congreso porque, si bien es cierto que a Trump le urge el acuerdo, las consecuencias para nosotros como país son altísimas e insisto, no olvidemos que Estados Unidos explotó los pecados de Morales de la mejor manera.

Kimberly Breier ya no está en el Departamento de Estado y pagó la consecuencias porque creyó en las autoridades de Guatemala, tanto locales como las que están en Washington, que volvernos en un País Seguro era muy sencillo y ahora que las cosas se complican y Trump se ve “timado” por nuestras autoridades, subió el tono con amenazas y así se debe entender la salida de Breier.

“Esa es la verdad verdadera” como decía Vinicio Cerezo y es necesario que lo veamos. Está bien, negociemos con Estados Unidos, pero no nos entreguemos por un cargo de conciencia que tiene implicaciones legales y obliga a rendir cuentas ante las Cortes.

Que las penas de uno no perjudiquen a millones, así de sencillo.

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