Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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Otra segunda vuelta en nuestra historia que realmente no significa tener opciones para elegir. Esta campaña electoral costó millones de millones de quetzales, algo realmente aberrante en un país con altísimas tasas de desnutrición crónica y empobrecimiento extremo.

No puede ser normal que cada cuatro años terminemos consolándonos con “el menos peor”. No necesitamos más pruebas para corroborar que todo esto está determinado por quienes tienen en sus manos el control político y económico, quienes seguramente ya han pactado a quien nombrarán como próximo presidente. Quizá las últimas reformas que se dieron en el ámbito de la Ley Electoral, provocaron alguna ilusión de que cambiaría el proceso de elección, pero es obvio que no fue así y que estamos a unas horas de finalizar este proceso que ya tiene gente capturada y en tribunales, aún así se insistió que no hubo fraude.

No podemos seguir engañándonos pensando que elegimos a quienes gobiernan, porque eso exime de responsabilidades a quienes provocan la impunidad en este país, pero que aún no hemos aprendido a reconocer sus rostros, sus nombres y apellidos. Tenemos que insistir en provocar verdaderas transformaciones, cambios sociales, formar nuevas personas capaces de conocer su historia y de accionar frente a la injusticia y desigualdad provocadas.

Nos urge a prender de la historia porque los países que fuimos colonizados e invadidos estamos viviendo realidades muy similares, lo que ocurre hoy en Estados Unidos es la prueba de esto. Exterminaron y saquearon pueblos enteros, despojaron tierras y dejaron a los que sobrevivieron en reservas; sobre esto construyeron los gringos su cultura, su país, que ahora quieren limpiar de gentes que provengan de esos territorios que invadieron y colonizaron tanto ellos como sus ancestros los ingleses u otros invasores (franceses, españoles, portugueses). A pesar del desprecio gringo hacia quienes catalogan como “migrantes” porque son indeseables, el sueño americano sigue latente en quienes deben de huir de un país que les ha empobrecido a través de un proceso igual o muy similar al que antecedió a la formación de “Los Estados Unidos de América”.

Nadie nos salvará ni estamos esperando que nos salven y por eso los pueblos debemos seguir trabajando para contrarrestar el racismo, la colonización, la folklorización que no son solo conceptos sino que son bastiones de una ideología de racismo que aunque lo vivimos día a día nos cuesta mucho dimensionar, porque así nos formaron, para que no comprendamos que el racismo es una ideología que sigue sosteniendo la superioridad de la raza blanca para mantener privilegios y poder.

A pesar del desprecio, del racismo de los gringos y de todo lo que han provocado acá y en el mundo, ahí estamos dependiendo de la USAID, aprobando a la Embajada gringa. Lo mismo hacemos localmente con los criollos y ladinos, como lo prueba ese video que circula en Facebook en el que se observan representativas mayas bailando, agarrándole y besándole la mano a Giammattei, lo cual es tan repudiable como ver a Sandra Torres con güipil.
Necesitamos emerger, recuperar y defender nuestra dignidad.

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