Francisco Cáceres

caceresfra@gmail.com

Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

post author

Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

Da grima comprobar que el país aunque esté pasando por una crujida que hace tambalear su estabilidad y que su población esté padeciendo lo indecible por el déficit de lluvias en el llamado “Corredor Seco”, hace muy poco o nada por aliviar al menos la hambruna que se ha desatado en todas las poblaciones que lo integran. Claro, las autoridades están muy ocupadas por hacer hasta lo imposible por convencer a la población que siendo “un País Seguro”, en vez de perseguir a los coyotes con la Policía Nacional e internacional, prefieren firmar un convenio con los Estados Unidos con el fin de eliminar su efectividad cuando la realidad, dicha infinidad de veces, es que no son los migrantes los que buscan irse a otro país, sino que ellos andan viendo qué y cómo hacer para poder satisfacer al menos sus imperiosas necesidades.

Recientemente recibí un análisis del monitoreo efectuado por la Fundación Oxfam Intermón sobre el déficit de lluvias en el llamado “Corredor Seco” que demuestra haberse perdido la producción de maíz y frijol para el autoconsumo, indicando que a partir de la tercera semana de junio de este año se ha presentado una disminución sustancial de lluvias en esta zona y en la mayor parte del territorio guatemalteco, por lo que fue necesario hacerlo en 201 comunidades de los departamentos de Chiquimula, Baja Verapaz, Huehuetenango y Jutiapa para saber cuál ha sido el impacto en el consumo familiar de las poblaciones.

Se estableció que durante 25 días consecutivos no llovió, lo que se tradujo en cifras redondas del 78 por ciento de pérdidas en la producción del maíz, afectando a 24,269 productores, en el área estimada de 16,168 manzanas cultivadas y que, en caso del frijol, las pérdidas se estiman en el 70 por ciento de la producción, afectando a 24,162 productores en un área de 6,040 manzanas cultivadas. ¿Qué significa esto para la población? ¿Muchísimo verdad? Especialmente en el crecimiento de la hambruna que ya de por sí ha estado pasando nuestra población, puesto que lo anterior es tan solo una muestra de lo que de igual o peor manera ha estado ocurriendo durante el transcurso del presente año.

Por lo anteriormente señalado pregunto: ¿no sería mejor dejar de lado las preocupaciones presidenciales de comprar aviones de combate aéreo que no podrán dispararle a los narcotraficantes invasores?; ¿no sería mejor poner a trabajar a todo el Gabinete presidencial en apoyar de una y mil maneras a nuestra población de menores edades, quienes seguramente se van a morir de hambre ante la escasez alimentaria que se nos viene encima?; ¿no sería mejor invertir un poco de dinero, en vez de comprar costosísimos buques para nuestra marina que a lo mejor todavía no han aprendido a maniobrar? Sé perfectamente que lo citado antes no son más que algunas destacadas y gruesas compras y que hay muchísimos gastos más que mejor sería eliminarlos.

Artículo anteriorEl voto, decisión personal
Artículo siguienteUnidos para un futuro mejor para Centroamérica