Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

El 30 de julio se entregaron el premio y los reconocimientos “Gisella Paz y Paz y Jorge Rosal” a personalidades que se destacaron en 2018 por su contribución a la paz y el desarrollo. El premio se otorgó a Rosalina Tuyuc, referente de las luchas de los pueblos indígenas, y los Reconocimientos a Juan Francisco Solórzano, funcionario destacado del Estado de Guatemala; Anders Kompass, destacado funcionario internacional; Valérie Buchs y Philippe Sauvin, de la solidaridad internacional; Ana Lucía Ixchiú, por la Juventud, y Marielos Monzón, periodista y escritora. Se aprovechó el espacio del “Memorial América Calderón” para hacer memoria de muertes de honda repercusión en el país, así como de personalidades de gran influencia, con diplomas a las familias de Edelberto Torres, Juan Ramón Ruiz, Max Berrú (en Chile) y Aída Molina de Mazariegos.

El acto se hizo en un momento difícil para el país: la traición a Guatemala y la entrega del país por Jimmy Morales es otro episodio amargo y macabro de nuestra historia. El fraude electoral de 2015 nos hizo pasar de Estado casi fallido y neocolonial a una situación peor: Estado fallido, colonia imperial y absolutamente caótico. Hoy, la perspectiva que nos plantean los “poderosos” es la de continuar con la dictadura de la corrupción, ya sea mediante cualquiera de las opciones el 11 de agosto o la continuidad del actual mandatario. Insto a la alianza más amplia de fuerzas sociales y políticas progresistas y democráticas, no solamente para defendernos, como siempre, sino que también para detener el abuso autoritario y transformar el Estado y la sociedad. Coincidimos en la defensa de la vida y demás derechos humanos, continuar la lucha contra la corrupción y la impunidad, buscar la justicia social e implementar los Acuerdos de Paz. Muchos nos lanzaremos a convencer a la ciudadanía que la única opción ética y responsable es votar NULO el 11 de agosto; y otros se lanzarán a utilizar la poca institucionalidad que todavía queda para enfrentar los abusos del Estado. Instamos a iniciar un proceso de “unidad en la diversidad”, que respete y apoye las diversas luchas que se han iniciado ya, como la de la AEU, que dignamente se enfrenta al Estado, la lucha estudiantil en la Usac, el Paro Nacional convocado por Codeca, las manifestaciones que se repetirán enfrente de la Casa Presidencial, cada sábado, y todo lo que hagamos, dentro y fuera del país, para oponernos a ser “jaula de centroamericanos” y campo de concentración de connacionales que ansían ejercer el derecho humano a migrar. Se realizó este acto para rescatar valores que definan el accionar a corto y mediano plazo. A corto plazo, daremos sentido a las elecciones con el rechazo a los binomios presidenciales y al sistema político, y con la formación de bloques parlamentario y municipal que nos representen. A mediano plazo, llamo a la conmoración activa del 75º aniversario de la Revolución del 20 de Octubre de 1944, no como meta de nuestros esfuerzos, sino que como arranque para sentar las bases de un proceso de transformación del Estado y la sociedad. Y a largo plazo, una Nueva Guatemala es posible, justa y necesaria.

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