Félix Loarca Guzmán
Uno de los peores castigos que puede sufrir un político es la pérdida de credibilidad, lo que significa el retiro de la confianza de los ciudadanos.
La firma de un Acuerdo Migratorio entre Guatemala y Estados Unidos, que se concretó a fines de la semana pasada en la capital norteamericana, puso al descubierto que el Presidente de Guatemala, el comediante Jimmy Morales, venía negociando ese documento en un marco obscuro y a espaldas del pueblo.
En diferentes ocasiones, el presidente Morales negó que se hubiera comprometido con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a firmar el referido convenio. Fue el propio gobernante norteamericano, quien descubrió esa situación al mostrarse molesto porque el Presidente guatemalteco estuviera faltando al cumplimiento de su palabra de convertir a Guatemala en un Tercer País Seguro para los migrantes.
Aunque el documento no incluye la expresión sobre Tercer País Seguro, el presidente Donald Trump, admitió esa característica en el convenio.
Ante la avalancha de críticas, e incluso acciones legales ante las Cortes de Justicia buscando declarar nulo el convenio, el gobierno del señor Morales ha estado empeñado en negar esa circunstancia disfrazando el documento con otro nombre.
Según una información oficial de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala, el Departamento de Seguridad Nacional del país del norte, aseguró que los migrantes podrán solicitar protección en Guatemala, pero si llegan a Estados Unidos sin haber aprovechado esa oportunidad, serán obligados a retornar al territorio guatemalteco.
Tanto el presidente Morales como el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, quien suscribió el documento, han tratado de convencer a la ciudadanía que no se trata de un acuerdo de País Seguro, pero como ambos perdieron la credibilidad no pudieron obtener la aprobación del pueblo de Guatemala.
El ministro Degenhart y la canciller Sandra Jovel, aseguraron ante los representantes de la prensa de Guatemala, que ellos no fueron coaccionados para firmar el documento, pero a la vez dijeron que lo habían suscrito ante las amenazas de carácter económico contra Guatemala por parte del presidente Donald Trump, quien anticipó la intención de aumentar los aranceles a los productos guatemaltecos de exportación, además de afectar con un impuesto las remesas que los migrantes guatemaltecos envían mensualmente a sus familiares desde las diferentes ciudades de Estados Unidos.
Algunos mal pensados, creen que Jimmy Morales, negoció el convenio migratorio con el Presidente norteamericano buscando inmunidad ante la posibilidad que una vez que haya entregado el puesto de Jefe del Ejecutivo, el próximo 14 de enero quedará expuesto a cualquier acción legal por los abusos o excesos de poder durante su gestión presidencial.
Lo que está claro, es que el señor Morales perdió toda credibilidad y ha ingresado a las páginas de la historia por la puerta trasera, destacándose como uno de los peores gobernantes de la época contemporánea, pisoteando la soberanía nacional y el orden constitucional.