Napoleón Barrientos

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Guatemalteco, originario de Alta Verapaz, forjado bajo los principios de disciplina, objetividad y amor a la patria; defensor del estado de derecho, de los principios de la democracia, con experiencia en administración pública, seguridad y liderazgo de unidades interinstitucionales.

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David Napoleón Barrientos Girón
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Las migraciones son de naturaleza humana, han estado presentes en todo el mundo y seguirán siendo un fenómeno social, principalmente con enfoque económico, aunque no el único, convirtiéndose en toda una cultura, así los Estados Unidos de América es ejemplo de un territorio poblado por sucesivas olas de inmigración, o sea no es nada nuevo.

El revuelo del acuerdo reciente respecto a los migrantes tiene varios enfoques, uno de ellos es el efecto mediático a lo interno de la población guatemalteca, que en un gran porcentaje desconoce que el País Seguro, es para quien migra a un segundo, pero que en un tercero, en este caso Guatemala, permanece y gestiona su proceso migratorio, de hecho, eso viene sucediendo prácticamente desde hace décadas, sin duda regularlo es un reto. El desconocimiento del tema genera incertidumbre y desinformación, se interpreta como falta de transparencia y solidez en las acciones de quiénes tienen la responsabilidad de decisión, y no ha sido posible vincular a diferentes sectores respecto a la problemática con la finalidad de hacerlos partícipes, aunque la última palabra la tendrá quien es el responsable de la política exterior; aspecto observado en otros temas de interés nacional, reflejando un manejo deficiente en esta práctica gubernamental. Se intuye que, en la negociación, si es que la hubo, y la presión a la que se vio sometido el ejecutivo, evidenciada por el modelo draconiano de negociación utilizado por el presidente Trump, que tampoco era nada fácil enfrentar, requería de un equipo de negociación con suficientes capacidades, en consecuencia, Guatemala no se anotó ninguna ganancia; pese a que siempre existe la posibilidad de apuntarle a ganar-ganar. México por su parte acciona, mueve tropa a su frontera sur y eroga fondos para trabajar con el Triángulo Norte, El Salvador y Honduras, aunque cedieron ante el gigante del norte no suscribieron un acuerdo similar.

Cabe recordar también que en los Estados Unidos de América se acerca un proceso de campaña electoral y el tema migratorio ha sido un caballo de batalla del presidente Trump, eso puede explicar algunas conductas. A esto se suma la duda ya generada de la nulidad de la aplicación del referido acuerdo, basado en la parte V de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, aspecto al cual no deberían exponerse las decisiones de país. Pues además de las interpretaciones jurídicas, Guatemala carece de procesos de protección y control para migrantes.

Al final, los pulsos y las decisiones evidenciados en los últimos días revelan debilidad, institucional y nacional, pone también en evidencia la falta de interés por el bien común, pues es el sacrificado por el egocentrismo de quienes se colocan en este escenario como responsables por acción u omisión, sin reparar que hoy ya nada es negro o blanco, hay muchos matices, algo que debe estar claro para asumir con más responsabilidad un tema por demás trascendente, porque de ser real la posibilidad de la magnitud del problema interno que puede generarse, tendría consecuencias lamentables para los guatemaltecos.

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