Walter Juárez Estrada
La Constitución es clara no hay donde perderse. Nadie puede ignorar la ley, analfabeta, letrado o cualquier ciudadano, con mayor responsabilidad si es funcionario, sin importar rango quien la quebrante, puede ser enjuiciado por fraude de ley. El acuerdo migratorio cuasi forzado que firmó el ministro de Gobernación Enrique Degenhart, con el secretario interino de seguridad de los Estados Unidos, Kevin McAleenan, podría quedar sin efecto si no lo aprueba el Organismo Legislativo o si lo revoca la Corte de Constitucionalidad. Guatemala, no puede convertirse en refugio de delincuentes, la seguridad en el país, no tiene la capacidad para dar protección a los connacionales, menos a extranjeros. El Instituto Guatemalteco de Migración recibirá a los migrantes, cuyo costo será de millones. El presidente Jimmy Morales, se ufanó del acuerdo y censuró a los excancilleres y analistas que con derecho han señalado que Guatemala no puede ser tomada “como Tercer País Seguro” para dar refugio a extranjeros; los aspirantes Torres y Giammattei, se han allanado a adversar tal acuerdo y las razones son justificables. La oleada de delincuentes traerá repercusiones graves para todos los guatemaltecos, considerándose un craso error. El acuerdo no cuaja y será responsabilidad del mandatario lo que pueda suceder si se produce el traslado de extranjeros. Los impuestos a las remesas y los aranceles, fueron las razones que tuvo el gobierno para firmar a regañadientes el susodicho acuerdo. Degenhart, no tenía facultad para signarlo, actúo con instrucciones expresas del jefe del Ejecutivo, quien tendrá que ser juzgado por “fraude de ley”, al acceder a la presión del mandatario norteño Donald Trump, quien fue testigo de esa firma en la Casa Blanca. Morales debió ser claro e informar al pueblo la firma de tal acuerdo o consultar a la Corte de Constitucionalidad, para no caer en ilegalidades, hacerlo en secreto generó dudas razonables que se deben despejar, en caso contrario tendrá que someterse al imperio de la ley, salvo que el Congreso dé su aval. Las opiniones entre los legisladores están divididas y quieren endosarle la responsabilidad al nuevo Legislativo, que tomará posesión en enero entrante. Trump, había hecho serias amenazas a Guatemala, si no accedía a recibir a los emigrantes que clandestinamente habían incursionado en la Unión Americana, pero no se analizaron las consecuencias que significa alojar aquí, a miles de extranjeros, no existen áreas de alojamiento, fuentes de trabajo ni fondos, la situación de violencia puede ser mayor en robos, extorsiones, dejando víctimas inocentes, pese al esfuerzo que se hace, siguen en aumento y fue un error de un pésimo gobierno haber aceptado la presión de Trump. Países tercermundistas como Guatemala, hemos sido “el patio trasero” de naciones poderosas como Estados Unidos. La supuesta independencia que tenemos, es del “diente al labio”, tenemos que sujetarnos al manipuleo y a ayudas comprometedoras, en contrario nos moriríamos de hambre, por falta de empleo y de miles de necesidades para sobrevivir.