Marco Trejo
Qué pudo haber incidido en que al final de toda la telenovela gubernamental, al mejor estilo de Moralejas, el presidente, Jimmy Morales haya enviado a su Ministro de Gobernación para que firmara un Acuerdo de Asilo tras amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer sanciones arancelarias a los productos guatemaltecos y gravar impuestos a las remesas que envían nuestros connacionales que residen en la tierra del Tío Sam.
Muchos analistas han dicho que tuvo que pagar la factura del apoyo que le dio el mandatario Trump, para que se mantuviera en su puesto hace algunos meses, cuando se vio amenazado su mandato por la posición que adoptó Jimmy Morales en torno al tema de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
El mandatario guatemalteco y sus fieles Ministros hicieron de todo, menos lo más importante: ser transparentes con el Pueblo guatemalteco, porque al final y al cabo terminó firmando un acuerdo que nos convierte en un Tercer País Seguro, que nos pone en una situación crítica, porque tenemos que atender a todos los migrantes que estén solicitando asilo político en los Estados Unidos y que tienen que esperar si son aceptados o no.
Las demandas internacionales contra el Estado guatemalteco no tardarán en llegar, el día de mañana se muere un niño o matan a un adulto en alguno de los campamentos y los familiares empezarán a pedir indemnizaciones por falta de atención. No sé qué tienen en la cabeza estos funcionarios que no se pusieron a pensar en las consecuencias que esta mala decisión va acarrear para las personas que votaron por él y que lo llevaron a la silla presidencial.
Lo más delicado de este caso es que descaradamente el gobierno de Jimmy Morales, ha hecho caso omiso de las recomendaciones emitidas por la Corte de Constitucionalidad (CC), la cual ha sido atacada por un grupo de diputados que no tienen la calidad moral para emprender este tipo de acciones, porque todos sabemos de qué pata cojean y la mayoría de ellos tienen pendientes solicitudes de que les quiten los antejuicios y ser investigados por delitos penales que han cometido durante su cargo parlamentario.
La desfachatez del Presidente de la República ha llegado a tal grado que le pidió perdón a los Bomberos Voluntarios en nombre del pueblo, al gritar a los cuatro vientos que en este país hay malos guatemaltecos que hasta ustedes (bomberos), los acusa y los señala de malos. Todo eso porque los malos guatemaltecos tratan de manchar la imagen del servidor público.
Lo que se le olvida decir al mandatario es que esos señalamientos son el resultado de las malas decisiones que toman los burócratas, quienes toman dinero de los impuestos para lo que ellos quieren o bien que realizan gestiones poco transparentes que afectan a las grandes mayorías que ahora tendrán que pagar con sus gravámenes la estancia de migrantes que buscan hacer realidad el sueño americano y que por equis o ye razón no lograron su cometido.
Pero de lo que no se va a salvar Jimmy Morales, es que lo recordemos como el peor Presidente de la República, aquel hombre, quien se ganó la lotería política, al ser favorecido por el voto de un Pueblo que no tenía otra opción, porque su contendiente era peor y que ahora es un convicto en las cárceles de los Estados Unidos.
Esperemos que los herederos de la Presidencia, sean quienes sean, no vayan a caer en las mismas malas decisiones de los del FCN-Nación, quienes nos dejan sumergidos en una de las peores crisis políticas, sociales y económicas de los últimos 32 años de supuesta democracia que para muchos ha sido nefasto haber votado por un candidato que no estaba preparado para gobernar.