Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

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Grecia Aguilera

El Excelentísimo Señor Embajador de la República Árabe de Egipto en Guatemala Maged Refaat y su distinguida esposa Señora Naglaa Farid, conmemoraron el 67 aniversario de la Revolución de su país (23 de julio de 1952), en el prestigioso Hotel Westin Camino Real el martes 23 de julio de 2019. Cuando el Embajador Maged Refaat presentó sus Cartas Credenciales en el mes de octubre de 2017, declaró en su mensaje de bienvenida lo siguiente: “Trabajamos en estrecha colaboración con el Gobierno de Guatemala en cuestiones políticas de interés mutuo dentro del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones mundiales, así como a nivel bilateral. Egipto y Guatemala también comparten los mismos desafíos para lograr el desarrollo sostenible, el empoderamiento de las mujeres, promover el crecimiento económico y contribuir a la Paz y a la seguridad regionales e internacionales.” Guatemala y Egipto iniciaron relaciones diplomáticas desde el 7 de septiembre de 1970, pero fue el 1º de julio de 1976 cuando se abrió la Embajada de Guatemala en Egipto. Actualmente ambos países continúan con una alianza de amistad, colaboración y confianza política, además de una cooperación bilateral que sobresale en los sectores de Cultura, Agricultura, Protección de Bienes Culturales y Arqueológicos, Protección Ambiental y Forestal, así como también compartiendo e intercambiando experiencias, intereses y costumbres. La conmemoración del Día Nacional de Egipto me recuerda cuando el doctor José Antonio Pérez Calderón, padre de mi esposo Carlos-Rafael Pérez Díaz, fue nombrado en 1977 Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Guatemala en Egipto, y presentó sus Cartas Credenciales en el “Palacio Ras El-Tin” de Alejandría. En aquel entonces Anwar El-Sadat era presidente, quien es recordado en su país como un héroe por lograr la firma de los “Acuerdos de Paz de Camp David”. En 1978 Sadat fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, junto al Primer Ministro de Israel Menachem Begin. Al recibir el premio, el presidente egipcio emitió un importante mensaje para la humanidad: “Pongámosle fin a las guerras, démosle nueva forma a la vida sobre la base sólida de la equidad y la verdad.” La extensión territorial del maravilloso Egipto surgió, según cuenta una leyenda acuñada por antiguos faraones, de las profundas aguas del Río Nilo; de este relato surge la poética sentencia del historiador griego Herodoto que afirma: “Egipto, un don del Río Nilo”. En este sorprendente país se desarrolló una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Sus famosas pirámides, la gran Esfinge, conjuntamente con la Ciudad de Luxor, son una significativa muestra de tan asombrosa cultura. Su Himno Nacional principia con la fervorosa frase: “Mi país, mi país, mi país/ tienes mi amor y mi corazón.” En el Escudo Nacional destaca una águila dorada denominada Águila de Saladino en honor al Sultán Salah Al-Din Yusuf Ibn Ayub. Uno de los personajes más célebres del Antiguo Egipto es la Reina Cleopatra quien por su belleza ha resaltado en esculturas, grabados, retratos y pinturas. Su enigmática personalidad me inspiró el poema que titulé con su nombre y manifiesta: “Reina Cleopatra/ cántaro del Nilo/ felina faraónica/ profana hebra/ de lascivo esplendor./ Cubierta de oro/ domina en sus ojos/ poder majestuoso/ trazo azabache/ brillo de kohl./ Marco Antonio/ el soberbio/ posesión absoluta/ del alma/ reino y reina/ en fatídico amor./ Hija de Isis/ elegida de Anubis/ transitó junto a Osiris/ perfumando/ su alma/ en la infinitud estelar./ Y su alteza/ eligió la serpiente/ de piel fría y ardiente/ áspid presurosa/ serpentina y sinuosa/ que al instante del segundo/ profanó el sagrado sino/ de aquella soberana/ del Egipto inmortal.”

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