Raymond J. Wennier
raymondwennier@yahoo.com
“Raise the bar” es la exigencia continuada, sin límites, es trabajar hacia la EXCELENCIA que tampoco tiene límite como otros conceptos usados para hablar de calidad, que sí lo tiene y es terminar un producto.
Es imprescindible tener la actitud de lograr el crecimiento de la mente que da ánimos para continuar un trabajo ya planteado. Pregúntese si quiere crecer física o mentalmente o no. Apuesto a que nadie quiere dejar de crecer en ninguna forma.
Los maestros tienen que “raise the bar” también para ellos mismos. Eso implica leer más sobre las múltiples fuentes educativas, estudiar para entender nuevas estrategias y técnicas; practicarlas para aplicarlas en un “aula renovada”; quiere decir espacios para recibir dichas estrategias y técnicas educativas que los maestros aplicarán en aula. La renovación tiene que ser continua también.
Aporto algunas características para ayudar a entender mejor el concepto de “raise the bar” en la escuela y en el salón de sesiones de una empresa, muy semejante a un aula. El elemento más importante es tener refinada la habilidad de cuestionar a alguien sobre lo que dice. Es como un CEO (Chief Executive Officer) de una empresa cuando tiene una sesión de directores de área. No es únicamente entrar al salón y empezar la sesión. Su papel es planificar una serie de preguntas que hacer a los miembros y darles tiempo para pensar antes de contestar. Pero además, debe tener la capacidad de hacer preguntas de seguimiento que amplíen la primera respuesta. Por ejemplo, ¿Cuál es su opinión sobre el informe presentado? ¿Qué debe ser modificado? Las preguntas deben encaminarse a profundizar en las respuestas y no palabras o frases superficiales. Las preguntas deben tener la cualidad de provocar discusiones significativas que por sí, salen de lo superficial a lo profundo.
Otro de los elementos de “raise the bar” es que los alumnos deben poder explicar los conceptos de un proyecto de largo plazo que incluya las fuentes fundamentales de su opinión. El asunto es que las personas de un grupo tienen que demostrar que pueden utilizar las palabras raíz de una pregunta.
Algunos ejemplos, ¿Por qué sucedió eso? ¿Puede ampliarme su respuesta? ¿Cuándo cree que esa situación se resolverá? ¿Cuál es su marco de referencia de tiempo?
Las palabras qué, cómo, cuándo, por qué, para qué, son, cada una, un motivante de respuestas profundas; otros interrogantes como ¿Qué pasaría si…? puede hacer que las respuestas incluyan emociones.
Como dije antes, las preguntas deben provocar pensamiento crítico o creativo y a la vez, base para una buena discusión.
Para lograr el buen uso de las preguntas hay que refinar la habilidad de comunicarse. Hoy día las comunicaciones involucran, además de lo acostumbrado, oral, escrito, lenguaje corporal, el entendimiento de la cultura de otros países o lugares.
Tanto un CEO como un maestro, deben ser el modelo para enseñar a sus colaboradores cómo usar las preguntas y exigir su uso. Así es “raise the bar” en por ejemplo, el proceso educativo que buscamos se vuelva dinámico, que no se quede estático. Buscamos que los alumnos sepan formular excelentes preguntas para lograr respuestas profundas.