Gladys Monterroso
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¿Alguna vez tuvo la sensación de que la única razón por la que tenemos elecciones es averiguar si las encuestas estaban en lo cierto? Robert Orben.
Las encuestas, desde hace mucho tiempo, han sido medios idóneos de manipulación a las masas, que tienen una doble vertiente, la intención va encaminada para que desistan de votar, o se animen a hacerlo, dependiendo del mensaje psicológico de las mismas, el que se lee entre líneas.
Antes que existieran las redes sociales, y aún hoy, las encuestas son manipuladas por los grupos de poder, en el momento actual, todos sabemos qué personaje se ha mantenido, y se suman más, detrás de ellas, aunando la creación de muchos perfiles falsos, que inundan las redes sociales, asimismo, los mensajes privados que circulan por WhatsApp, todo tiene una razón de ser: que nos sigamos manteniendo en la extrema pobreza, mientras los que mantienen toda la desinformación, siguen manteniendo su poderío económico.
Veamos, en las actuales entregas de encuestas, técnicamente no existe un ganador absoluto, por varios motivos, la muestra se ha tomado a personas que se movilizan, y viven o trabajan dentro de los cascos urbanos, sin embargo, el voto no se encuentra necesariamente concentrado dentro de los mismos, actualmente el interior del país, tiene un peso más que sustancial en la elección de Presidente/a, sumado a lo anterior, el llamado voto vergonzoso, que se encuentra escondido, entre el que dice que no sabe por quién votar, o que se encuentra indeciso, quien tomó la decisión de votar nulo, no cambiará el sentido de su voto, los otros dos grupos anteriores esconder su sentir.
Adicional a lo anterior, el poder económico, en segunda vuelta, cuando logran desacreditar lo suficiente a un candidato, (Baldizón) le apuestan a una sola carta, en las actuales circunstancias, le tienen que apostar al Rey o a la Reina, porque el juego no se encuentra tan claro como en otros procesos, así que no tienen una carta ganadora, y nosotros los ciudadanos de a pie, menos aún, porque no solamente no participamos en el juego, sino que somos los peones que seremos sacrificados cuando sea necesario.
El proceso electoral desde su inicio fue más atípico que los demás, una gran cantidad de partidos, poca publicidad, cero debate de propuestas reales, sin planes de gobierno realizables, (Típico), y con posibilidades, por vez primera que el voto nulo tuviera mediana incidencia, derivado de la estructura de la ley, no era el momento ni la forma que sirviera de una manifestación de voluntad popular, lejos de ser una evolución para las sociedad fue una involución.
Otro factor novedoso, pero sin trascendencia fue el voto en el extranjero, que pasó sin incidencia alguna, porque como república bananera que somos, no sabemos utilizar este medio democrático.
Somos históricamente personas influenciables, como colofón de todo lo anterior, siempre han manejado los hilos, oscuros personajes que los han manejado por medio de espejitos que cada cuatro años nos venden, nos presentan, antes de las elecciones, encuestas cuyo objetivo es manipular el voto de la masa, maniobra que se ha repetido históricamente, y que, en la presente ocasión, se pretendió repetir, con el agravante, que algunos gallos tapados se les cayeron en el camino, porque han surgido otros poderes, tan oscuros como los anteriores, pero un poco más satánicos, derivado de lo anterior el poder se ha diluido, lo que obliga a los poderes jugar varias cartas.
Las encuestas a la medida, han sido parte de nuestra idiosincrasia tradicionalmente, con preguntas inducidas, y una muestra mínima, pero han logrado el objetivo de los titiriteros, quienes hoy tienen que apostar a dos cartas, (Doble inversión) porque sus juegos sucios no funcionaron, tenían que destruir a muchos contrincantes. (Sin tomar en cuenta a los que no suman). Por lo que debemos estar muy atentos, y fiscalizar desde el inicio al nuevo Gobierno, quede quien quede, la deuda será doble, por la incertidumbre de quién será el ganador/a.