Cartas del Lector

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Marco Trejo

El presidente de la República, Jimmy Morales, después de que varios Ministros de Estado, incluso el vicepresidente Jafet Cabrera, negaran la intención de comprar, perdón adquirir dos aviones Tampa III a Argentina y posteriormente suspender su reunión con el mandatario estadounidense, Donald Trump, para convertirnos en un campamento de refugiados de migrantes, la arremete contra los periodistas, quienes lo entrevistaban en una actividad pública, tildándolos de “mentirosos”.

El mandatario, con un pie más afuera, que el otro del Palacio Nacional, tiene el cinismo de echarle la culpa, de sus desafortunadas decisiones de falta de transparencia, a los comunicadores, incluso llegó al colmo de amenazar públicamente al director de este vespertino, Oscar Clemente Marroquín, al asegurar: “Voy a empezar a decir mentiras, como lo hacen en contra de mi persona, los periodistas que hacen política”, lo cual es una muestra, de la intolerancia a la crítica, algo muy común durante su mandato.

Lo más interesante de toda esta obra de teatro, al mejor estilo de Moralejas, es que sus dos homólogos, Mauricio Macri y Donald Trump, fueron los que se encargaron de “desenmascarar” al mismo Morales, uno congratulándose por la venta (menos mal que no dijo transacción económica), de los dos aviones y el otro comentando las intenciones del Gobierno de Guatemala, para convertirnos en un “Tercer País Seguro”.

El supuesto líder de la Unidad Nacional se ha convertido en el más disociador de la historia de este país, ya que en los últimos meses de su desgobierno, se ha dedicado a desgastar la institucionalidad de las entidades del Estado, y esta vez no fue la excepción, criticó a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad de hacer política, por haber amparado a cuatro personas, quienes presentaron recursos de inconstitucionalidad, contra las “malévolas” y oscuras intenciones, del mandatario guatemalteco, para tomar decisiones que nos comprometen, como país, para atender un tema, que es muy delicado, porque no tenemos la capacidad de atender nuestros problemas, menos vamos a poder atender los de otros que intentan hacer realidad su sueño americano.

Lo único que demuestra Jimmy Morales, con estas reacciones hepáticas, es que “quiere tapar el sol con un dedo”, quiere cambiar el rumbo de las críticas, pero lo que no sabe o no quiere entender, es que únicamente se enloda más en ese pantano de mentiras que han construido él y sus Ministros de Estado, especialmente la canciller, Sandra Jovel, quien muestra siempre su falta de tolerancia y su afán por esconder las acciones gubernamentales que realiza y las cuales están sujetas a la fiscalización pública, especialmente de la Prensa.

Si bien es cierto, esta funcionaria ha sido de las que más han estado a la par del Presidente de la República, especialmente en el caso del desmantelamiento de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), lo cual, entre otros casos, ha sido lo que más ha afectado la imagen de este gobierno, tanto nacional como internacionalmente, porque se ha dedicado a abrir frentes de choque, por la forma como ha actuado la funcionaria, que más diplomacia debería de utilizar, en el equipo de gobierno.

En fin el gobernante guatemalteco ha demostrado que no estaba preparado para asumir el rol al que se comprometió hace tres años y medio, por lo que deja bien claro que se sacó la lotería al competir con Manuel Baldizón, en la elección pasada, porque los que votaron a su favor, no lo hicieron, por él sino contra del ahora convicto, en una cárcel de los Estados Unidos.

Lástima por este país que sigue cargando a cuestas índices de desarrollo negativos, que nos colocan como uno de los países más pobres del Mundo y no vemos la luz al final del túnel, con la próxima elección del heredero de Morales, porque volvemos a colocar el antivoto, como la opción ante la falta de un líder natural que nos saque del desfiladero. Pero lo que sí me queda de preocupación, es que las entidades de prensa, no se han pronunciado en contra de la arremetida del presidente Morales, quien dio muestras de que es, el enemigo número uno de la libertad de Prensa, lo cual es un delito.

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