Juan Antonio Mazariegos

jamazar@alegalis.com

Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos G.

La deficiencia visual que impide a quien la padece, el enfoque de objetos le provoca una visión borrosa o poco clara, ha evolucionado como definición hacia la miopía intelectual y quienes la padecen, según cualquier diccionario que se consulte, son incapaces de entender cosas que son muy claras o sencillas de apreciar.

Este vespertino puso en conocimiento de la opinión pública que el Gobierno de la República continúa en su afán de servir de receptor de quién sabe qué cantidad de migrantes que buscan vivir en Estados Unidos y que hoy bajo el epíteto de ilegales pululan por esa Nación, atrapados en engorrosos procedimientos migratorios establecidos por las leyes de ese país, con el propósito de buscar asilo o bien con el de oponerse a una deportación.

La Corte de Constitucionalidad ya amparó a una serie de personas que interpusieron recursos en contra de los planes del Presidente para firmar con Estados Unidos un acuerdo internacional (Tercer País Seguro) que permitía a Guatemala recibir a miles de migrantes que buscan refugio en EE. UU., obligándonos a atender las necesidades humanas y sociales de esas personas, en tanto solventan su situación migratoria con el país del Norte.

No contento o conforme con la corrección de la CC, al parecer el Gobierno insiste en llevar adelante el acuerdo o convenio, simplemente cambiando el nombre del mismo a Asistencia Humanitaria Migratoria, sin comprender que el nombre es lo de menos cuando las formas para esto son las mismas y sobre todo al parecer, sin tener el alcance para entender que NO estamos capacitados ni para atendernos a nosotros mismos, mucho menos para atender a ninguna otra persona.

No entiendo si la confusión del Presidente proviene de que vive en una fantasía en la cual cree que Guatemala es un país de primer mundo en donde la aceptación de los migrantes debe ser solo un tema de debate ideológico, lamentablemente nuestra realidad está muy lejos para darnos esos lujos y aquí la situación es más numérica, simplemente no alcanzan los recursos para nosotros, disculpen, no podemos atender a nadie más.

La solución a esta nueva intentona del Ejecutivo debiera ser una sencilla solicitud de debida ejecución de lo resuelto para que el amparo que impidió lo del Tercer País Seguro se amplíe hacia cualquier otro convenio, sin embargo, la tozudez de nuestras autoridades da pie a que se originen o se busquen otras justificaciones, y ya circulan un sinfín de rumores que hacen ver que el ánimo del gobierno por congraciarse con EE. UU. proviene no de un interés, si no de una necesidad.

Por supuesto, el miope actúa de manera involuntaria, el mal que padece distorsiona su apreciación y no percatarse de la realidad le priva del análisis adecuado. Si la distorsión o el mal enfoque se produce de manera voluntaria, razonada, ya no estamos ante la misma situación y habrá que entender qué intereses mueven al Presidente, tan lejos de los intereses de toda la población, tal y como lo obliga nuestra Constitución.

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